22 noviembre, 2024

Vacíos Biográficos en las vidas de Olmedo, Antepara y Rocafuerte (5)

José Antepara Arenaza

Robertson escribe que para fines de 1809 ya se habían conocido y debe ser correcto porque en el Archivo Miranda encontré una comunicación del 5 de enero, 1810, de Miranda dirigida a la Dann & Crossland para presentarlo y solicitar su ayuda en una transacción comercial que Antepara deseaba hacer. Me propuse ubicar en Internet el nombre mencionado y lo encontré en una guía comercial de Londres, 1817. La razón social en la carta estaba mal escrita: Dan & Crosslande; era un bufete de abogados. Posiblemente Antepara quería contratar sus servicios. Robertson agrega que Antepara conocía a líderes mexicanos que estaban descontentos con el régimen español. (Archivo Miranda, p261). Se refiere a Antepara como un personaje misterioso y afirma no conocer la fecha en que ambos se conocieron, pero sí está claro que fue antes de terminar 1809 ya que a esa fecha se encontraban trabajando en varias publicaciones. Hay una carta de Cortés Campomanes a Miranda fechada 5 de julio, 1810, en que le hace conocer que está enfermo y entre otros temas le escribe: “Estimaré a Usted me haga el favor de pedir a Antepara una nota explicándome, que es lo que se entiende en México por balanzas de ensayos para minerales, cuáles son las que llaman finas para pesar los resultados y cuáles la usan para pesar el polvo…”El contenido de la carta es evidencia de que Antepara estuvo en minería. ¿Para qué quería Cortés Campomanes la información? (Archivo Miranda, p449).

Antepara hizo estrecha amistad con Miranda, en pocos meses llegaron a ser muy cercanos; el primero le propuso publicar un libro sobre su pensamiento político, le facilitó toda la información. La obra se escribió en inglés y francés a 1810: Emancipación suramericana. Documentos, históricos y explicativos, que muestran los proyectos que están en curso y los esfuerzos hechos por el general Miranda durante los últimos veinticinco años para la consecución de este objetivo. (Antepara,1810). La traducción al español tomó 200 años, fue publicada en 2009 con motivo del Bicentenario de Venezuela. Guayaquil está en deuda con Antepara, por haber ignorado lo que bien podría ser una filosofía de acción independentista. Para poder financiar esa obra y posteriormente el periódico, dos mecenas mexicanos de apellido Fagoaga, al estilo Rocafuerte, fueron presentados por Antepara a Miranda ya que él los conocía desde México. También financiaron la nueva edición de Cartas a Los españoles americanos, del peruano Juan Pablo Vizcardo, el pensador independentista más importante del Perú.

Antepara anotó, que era natural conocer a Miranda porque coincidían sus ideas de dar libertad y felicidad a sus pueblos. Antepara comentó sobre las delegaciones de hispanoamericanos, como la de México, que lo visitaban a fin de informarse de sus planes para lograr la Independencia de tan vasta región. Miranda fue vocero de ideas liberales; para él la Independencia de nuestra región no sería como la estadounidense donde se había creado una república democrática y aristocrática. Y hacía allá deberían aportar los futuros próceres para evitar crear “el establecimiento de una grande monarquía”. Después de leer todos sus logros, Antepara concluyó que no podía adoptar un plan más completo para liberarse las colonias españolas; se debía imprimir y difundir el trabajo de Miranda. ¿Por qué no se tradujo al español para que llegara a la América española? Cuando Antepara regresó a Guayaquil, ¿la compartió con los futuros próceres?

Meses antes de viajar a Venezuela, Antepara conoció a Simón Bolívar que había llegado a Londres con el propósito de que Francisco Miranda lo presentara a los funcionarios más importantes del gobierno británico, andaba tras la financiación de la Independencia de Venezuela; Miranda venía haciendo gestiones para lograr el apoyo británico, que no era fácil tomando en cuenta que Napoleón había invadido España y los realistas de ese país buscaban el apoyo británico para expulsar a los franceses. Antepara debió ser el segundo guayaquileño que conoció a Bolívar después de Vicente Rocafuerte. Antepara los acompañó a todas las gestiones que hicieron. (Mondolfi, p204).

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Hoy voy a distraer mi atención, despertar
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quizá no forme parte de la rutina diaria de
muchos de los que me estáis leyendo,
pero que quizá empiece a estarlo a partir
de ahora.

Y qué será ese algo que nos está
esperando, pues sencillamente una obra
de arte, la cual nos ayudará a acercarnos
sorprendidos a ese ente abstracto que es
la belleza, un ente que Schiller consiguió
atrapar en sus versos al decir que “su
encanto estriba en su misterio”. Pues sí,
vamos a desafiar las palabras del poeta
descifrando el misterio oculto en un lienzo
artístico y conseguir así terminar el día un
poco más bellas o bellos de lo que
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visita!

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