Te digo adiós y aún te quiero todavía.
Quizás no pueda olvidarte; pero igual me voy.
No sé si me quisiste, solo sé que yo te quise.
Tal vez lo nuestro nunca debió comenzar.
Fue una pasión cundida de locuras.
Me llevó a un espacio imbuido de angustiosos silencios.
El sentimiento me nació del alma;
No sé si te quise demasiado o si lo hice como un desquiciado que se mata por su paz.
Nunca amé de esta manera.
Me queda tu mirada dormida sobre tus recuerdos.
Como se quién soy; sé que no te olvidaré.
Al quedarme solo sabiendo que te pierdo, es cuando más empiezo a quererte.
Esta es una despedida que asesina mi más hermoso sueño, porque muero para mí.
Me voy para siempre, aunque te quiera siempre.
Desde hoy te amaré solo dos veces en mi vida.
Una en cada mañana y otra en cada tarde de todos los días de mi vida.