José Joaquín Olmedo Maruri
Entre 2018 y 2019 pasé 18 meses investigando a Olmedo, quería conocer lo que no está en sus biografías o los historiadores no le han dado importancia; con los resultados encontrados escribí su biografía. El libro se publicará antes de terminar el año. Cuando se lee sus biografías, no hay estudio profundo de las actas del: Municipio, Junta de Gobierno, Colegio Electoral, Gobierno Provisorio y Congresos. Algunas actas no son muy claras respecto al cargo de José Joaquín Olmedo. Muchas de esas biografías no se basan en fuentes primarias, quizá por ser difíciles de conseguir. Por ejemplo, en ninguna fuente ecuatoriana se encuentran las actas del Colegio Electoral, entre el 28 de julio y 31 de julio de 1822, salvo en la obra de Julio Estrada Icaza sobre la Independencia de Guayaquil. Haber escrito sin conocerlas ha ocasionado errores en las obras de los historiadores. Las encontré en el exterior. Hay poca información sobre sus años en España, Perú y Gran Bretaña.
Mitos de la vida de Olmedo
Hay numerosos mitos en la vida de Olmedo, a continuación, ejemplos en orden cronológico: a) Él no fue quien propuso el fin de las mitas en las Cortes de Cádiz. Fue el diputado Castillo de Costa Rica. Olmedo secundó la moción y dio un magnífico discurso que fue decisivo para que la Comisión aprobara la moción del diputado Castillo y el pleno votara a favor. b) Es incorrecto que tan pronto regresó de Cádiz en noviembre de 1816, comenzó a trabajar por la Independencia de Guayaquil. Durante algunos meses después de su llegada continuó siendo leal al sistema de monarquía constitucional. c) Él no esperó a San Martín en Puná para darle las quejas y luego regresarse a Lima con él. Olmedo se quedó para presidir el Colegio Electoral y zarpó para Lima el 29. Un día antes, San Martín había abandonado Guayaquil. d) Él no fue el único que redactó la Constitución de 1830, fue una comisión formada de tres personas. e) Olmedo no inició la Revolución del 6 de marzo, fue Vicente Ramón Roca. Este experimentado político se dio cuenta de que sin Olmedo la revolución fracasaría. Olmedo era venerado por los guayaquileños. Su nombre por primera vez resuena cuando se encuentra reunido el pueblo y le piden dirigir la sesión para nombrar a los miembros del Gobierno Provisorio, que luego pasa a presidir, mostrando sus dotes de estadista. No le tembló la mano cuando tuvo que tomar decisiones para hacer rendir a Flores y expulsarlo del país. Lo más próximo a mi forma de pensar sobre el rol de Olmedo en la Revolución Marcista se encuentra en palabras del historiador Roberto Andrade: “Olmedo contribuyó, más que los excelentes varones, al brillo y majestad de tan gloriosa transformación, ya por el acta firmada por el pueblo, que es verdadera, clara, enérgica, trasunto de los sentimientos populares, ya por el Manifiesto Provisorio del Ecuador, sobre las causas de la presente transformación” (Andrade, tVII, p.2721)
Que bien señor Arosemena por su interesante artículo. Al respecto me permito agregar sobre el literal b): Tiene razón en su afirmación.
Del texto de la carta de 20 de enero de 1817, dirigida al Ayuntamiento sobre sus gestiones de diputado en Cádiz, contiene expresiones loables en favor de la monarquía española, al igual que en fechas anteriores sus poemas como Loas al Virrey, En la muerte de doña María Antonieta de Borbón, entre otros. Además, no fue perseguido ni detenido al hacer gestiones de sus peticiones guayaquileñas hasta el mes de septiembre de 1814, cuando otros diputados estaban detenidos o perseguidos.
Pienso que en casi tres años hasta el 20 de octubre de 1820, pudo haber influido su intervención como abogado en el juicio del señor Vicente Ramón Roca acusado de conspirador por haberse carteado con el cura insurgente de Acapulco, que se había pasado al bando de los realistas, igualmente la vigencia del estado absolutista de Fernando VII ya se sentía su efecto en Hispano India, a la vez recordar lo descrito por el historiador Rodolfo Pérez Pimentel en su biografía sobre el prócer Olmedo, escuchar de labios paternos, falleció días más tarde, “que si venía la independencia, se pusiera de parte de ella”. El indicado historiador no indica la fuente de esta afirmación