ME REFIERO A LA “MARCHA PACÍFICA” y al dilatado “PARO” y sus catastróficas consecuencias.
Mi conclusión es que nadie ganó (ni IZA Y SUS SECUACES), y nadie perdió (EL GOBIERNO), PERO SÍ PERDIÓ EL PAÍS,, Y SU ECONOMÍA PÚBLICA Y PRIVADA.
Para explicarlo mejor, me voy a referir a hechos barriales de antaño, cuando TRES individuos atacaban a golpes a uno sólo,, en una típica pelea callejera. Por más que el solitario peleador se defendía como podía, estaba en desventaja.
Los espectadores, actuaban de inmediato, los separaban y terminaba la pelea., el más pìcado, se retiraba diciendo en voz alta. Nos vemos mañana, o la próxima semana, ahora los plazos son más largos, “nos vemos en 90 días”.
Las consecuencias de estas riñas callejeras, eran visibles: Ojos morados, nariz sangrante, golpes en la cara, moretones por todos lados y al día siguiente, un terrible dolor en todo el cuerpo.
Estos plazos inexorables, producto de la rabia momentánea, nunca se cumplían. Terminada la pelea,las partes se retiraban con sus “huestes” (amigos).y cada “bando”, cogía por su lado.
Pasando a un análisis menos barrial, que el ejemplo expuesto, me encuentro que otros analistas, también opinaron sobre el tema de mi referencia, desde otra óptica y puntos de vista: Unos lo analizan dede el “ACTA DE LA PAZ”, suscrita por las partes en conflicto.
Se trató, dijo uno de ellos, deL “ PAGO DE UN SECUESTRO POR PARTE DE UN GOBIERNO DEBILITADO”….” y por supuesto en desventaja: “unos sin armas y los otros con lanzas, machetes, palos y piedras”….
Otros articulistas, lo vieron desde ·”El miedo, la prepotencia y el terror que impusieron, tales pacíficos demostraties”.
Cierto es, los esfuerzos, por lograr un mejor nivel intercultural y lograr un mejor ciudadano indígena mestizo, es casi un fracaso. No se ha podido arraigar el odio acumulado por años, que sólo responde con el daño y la destrucción para lograr imponer por la fuerza, lo que ellos consideran reivindicaciones.
Otros analistas,consideraron, “el deseo de utilizar ese odio contenido, por las mafias nacionales e internacionales, para derrocar el Orden Constituído y destruir la Democracia.
Otro analista, esta vez una mujer, opina de los daños “incalculables”, esto es, de aquellos daños que no se pueden cuantificar en dinero, se refiere al dolor de la pérdida de la vida y el malestar psicológico supervinientes; el fracaso del modelo cultural y el mal ejemplo que se da a las actuales y nuevas generaciones, con acciones terroristas y demagógicas. El discurso que se da, de los Derechos Humanos, que nos venden gato por liebre, etc, etc.
Lo que si es cierto y medible, es el alto costo monetario, que significó para el país, un Paro de 18 días, que bordean los $1.OOO millones. La pregunta es. Quien los pagará y a donde tendrán que ir a parar, estos “pacíficos marchantes” y sus aliados delincuentes?. .
¿Quien pagará los platos rotos?;.
En todo convenio, paga los daños, quien tuvo la culpa de los mismos, deseado o no por una de las partes, tanto por imprevisión o por COMETIMIENTO de los mismos.
En el caso de una sociedad jurídicamente organizada, como es el Estado ecuatoriano, que regula la convivencia humana en su territorio, a través de leyes, que modernamente en las ciencias políticas, se conoce como el “Contrato Social”, saque Ud. las conclusiones, estimado lector, ¿a quien le compete el pago de esos daños, que hicieron quienes violaron la Constitución y las leyes ecuatorianas?. Diferenciados, sólamente si en su participación fueron, autores, cómplices o encubridores, de esta tragedia Nacional. Tema para nuestros fiscales y jueces ecuatorianos.
Mientras tanto el indiecito, en los páramos y sus ovejas, sigue igual que antaño. No así la Dierigencia indígena, que recibe remesas de O.N.Gs del exterior, que tiene oportunidad de estudios universitarios en el exterior, en Universidades europeas de amplio sesgo marxistas e izquierdistas.
Así, no es fácil gobernar un país, no es fácil traer inversión extranjera, así no es fácil disminuir el desempleo y apuntalar las bases para un cercano desarrollo económico y social. Es un “Corsi y Ricorsi”, una suerte de espiral, puede ir de arriba hacia abajo o de abajo hacia arriba, Menos aún si las otras funciones del estado ecuatoriano, no ayudan en la medida y y proporción debida.