Los cambios estructurales que requerimos en el ámbito estatutario y por la vía institucional precisan de la voluntad política de quienes ejercen el poder, máxime frente a los múltiples candados constitucionales existentes. Nuestros mandatarios, sin embargo, no están encaminados a realizar ningún esfuerzo, ni político, peor cívico, por lograrlo. Simplemente no es prioridad. El legislativo busca socavar el mandato presidencial, Carondelet no acierta en conducir el Estado y la sociedad civil carece del peso mediático suficiente para enrumbarlos hacia la consecución de acuerdos trascendentales. Somos un país dividido entre una polarización de poderes.
El gran problema del país no yace en su actual estructura política, sino en la falta de institucionalidad. Sin un verdadero imperio de la ley poco será lo que el federalismo, sin duda la mejor tesis estructural, pueda aportar hacia una mejor conducción estatal.
Nebot no está equivocado en el potencial del federalismo, pero su mensaje está enquistado de sus consabidos cálculos políticos en pos de mantener control de las estructuras sobre las cuales marcha el país. Es ahí donde algo que es positivo, un Ecuador federal, se rinde ante su proponente, cuando debería ser todo lo contrario. El federalismo no puede estar a merced de nadie en particular, menos aún ante quienes por tanto tiempo nos han gobernado y traído de una forma u otra a la miseria actual en la que nos debatimos. Propuestas sobran, faltan renunciamientos, pero quieren que votemos por los mismos. ¡Ya basta!
Muy de acuerdo que el cálculo es político, pero sería prudente analizar las razones por las cuales Correa inició un desmembramiento del Estado, llevando Sedes a Guayaquil y, sobretodo como de pronto la Sede de la Superintendencia de Compañias, Seguros y Valores ahora está en Guayaquil, además igual movimiento, aparentemente sin razón política, hizo con la CFN, institución que nación en Quito y era un organismo con alto grado de pulcritud en sus manejos económico y convendría analizar que actos realizaron esas instituciones de financiamiento y control estando en Guayaquil, quienes han sido sus beneficiarios, quienes han sido favorecidos con esos famosos juicios de coactiva, quienes están gozando con créditos impagos, que aparecen con garantías truchas que no cubren sus préstamos.
En total acuerdo…ya basta de los mismo de siempre, que por acercarse las elecciones tratan de seguir en el poder cuando es visible que su liderazgo esta ya fenecido.