Nadie sabe a ciencia cierta si este tema, el federalismo, propuesto en días recientes, es de interés general o relevante en estos precisos momentos de intentos (aparentemente concluidos) de destitución del presidente elegido democráticamente, todo encabezado por el movimiento indígena del país.
Para quienes proponen el tema, es la solución a muchos de los problemas que nos agobian, e intentan dar una nueva forma de organizar más eficazmente nuestra República. Para otros, que califican la propuesta de oportunista e interesada, es solo para conseguir adeptos para su tienda política en las próximas elecciones del año 2023. La verdad es difícil determinar, se requiere de un fuerte liderazgo o un consenso político general en todas las regiones, todas las agrupaciones políticas, que nos permita ir en esa dirección. No existe en el país ninguno de los dos: liderazgo y consenso, que pudieran convencernos de que esa es la decisión correcta. La Asamblea legislativa tampoco tiene credibilidad, está totalmente desprestigiada y sus actuaciones son espurias, ni siquiera se puede confiar en el resultado de sus decisiones, adulteran las votaciones en la forma más descarada y villana. El presidente Lasso, si quisiera tener algún protagonismo histórico, en esta incertidumbre y este desconcierto, debería convocar a un referéndum y preguntarle al pueblo las decisiones fundamentales, si queremos seguir gobernados por la Constitución actual, o si acaso no ha llegado la hora de una profunda reforma política, y también los poderes del Estado entre ellos, decidir entre centralismo o federalismo.
Gracias por este artículo concientizado y analítico.
El federalismo propiciaría mas la división, el sectarismo, la lucha de clases el racismo, se debe propiciar la unidad, como estrategias: reformar la Constitución, disminuir el número de asambleístas, gobernar con liderazgo autoridad moral.