Foros, más periodísticos que académicos, han entrado a analizar si conviene o no el federalismo. A continuación planteo unas reflexiones.
En Montecristi, unos cuantos encadenaron al país en una Constitución hiperpresidencialista e hipercentralista…
¿Qué es mejor: que un Gobierno central se encargue de confeccionar y entregar pasaportes (cuestan $ 9 y lo venden en $ 90) en citas luego de 3 meses, o que un Gobierno local federado los entregue inmediatamente y tal vez más baratos? Se imaginan si en una jurisdicción federal lo hacen esperar 3 meses? Al menos podría desplazarse a la jurisdicción vecina y listo. Misma pregunta para la disponibilidad de placas, cédulas, licencias de conducir y la obtención de incontables trámites burocráticos que dependen del Gobierno central.
En Montecristi, unos cuantos encadenaron al país en una Constitución hiperpresidencialista e hipercentralista y luego botaron la llave para que nadie, ni el pueblo en consulta, pudiera cambiarla. Eso la hace desechable para quienes creemos en la democracia y reemplazarla por la de 1998 acortaría el tiempo para entrar en federalismo.
En Montecristi mataron a los organismos regionales que manejaban las cuencas hidroorográficas, una consecuencia fue que Santa Elena llegó a quedarse sin agua, porque desde Quito no habían gestionado el mantenimiento de la bomba principal que envía agua desde la presa, algo que funcionaba bien con Cedegé.
Quienes dudan del federalismo lo hacen desde la irracionalidad; puede que sea el temor a lo nuevo, pero lo más probable es que sean voces financiadas por beneficiarios de los privilegios que genera el centralismo.
Muy bien Jj