3 diciembre, 2024

Los libertadores: Educación

Se dice, y es cierto, considerando los resultados que luego se confirman, en el desenvolvimiento de todo ser y, en general, en la Sociedad, la educación no solo libera a los pueblos sino los predispone para evitar la esclavitud sea moral, ideológica, intelectual, económica, política.  En este breve comentario vamos a exponer las directivas que tuvieron San Martín y Bolívar respecto a comprender y, tal vez, dimensionar las repercusiones que hubiese tenido el proceso independentista con el fomento eficiente de impartir educación a nuestros pueblos.

Veamos sus hojas académicas; muchos van a justificar la situación reinante en ese entonces para lo cual contradeciremos acogiéndonos a ejemplos de nuestro propio entorno, confirmando que la regla tiene sus excepciones. Tales los personajes ecuatorianos, el quiteño doctor Eugenio Espejo y el prócer Olmedo, guayaquileño.

El Libertador Bolívar no concurrió a una academia como haberse inducido a la disciplina que se aprende en ella, sin embargo, fue un autodidacta extraordinario por sus conocimientos intelectuales aseverado por sus múltiples documentos tan variados y vastos, no es menos cierto que su falta puede haber sido causa de muchos excesos que cometió durante su carrera militar y política dentro del proceso independentista, caso de la toma militar de Guayaquil, los distintos fusilamientos que ordenó y más.

En sus dos primeras constituciones, Venezuela 1819, existe varios artículos al respecto en los cuales se involucra directamente al Estado y a las madres como coautoras de la educación de sus hijos, además, se previó la construcción de escuelas y su administración; Colombia 1821, art. 43 # 8º “Promoviendo y fomentando la educación pública y el progreso de las ciencias y de las artes”. 

No ocurrió con las cartas constitucionales redactadas por él mismo como fueron las de Perú y Bolivia, ambas de 1826, en donde se omitió toda alusión a la educación.

Esas demostraciones constitucionales, también tuvieron preocupación en el accionar de Bolívar al promover la creación de nuevas universidades nacidas luego de la independencia de América, a decir del doctor Ramiro López Pulles en su investigación “La influencia del pensamiento de Simón Bolívar sobre la educación y la creación de la Universidad Central de Quito y la Escuela de Medicina en el año 1.826 “.

 Impulsó el método lancasteriano consistente en la enseñanza mutua practicada por algunos maestros particulares y en las gratuitas de algunos conventos, ganando el apoyo gubernamental y público, e impulsó el establecimiento de escuelas de enseñanza mutua en toda la nación. 

El sistema lancasteriano fue de suma relevancia por sus características, como no existían gran número de maestros, se capacitaba y orientaba a niños con capacidades sobresalientes, para enseñar al resto del grupo reduciendo costos y mejorando el acceso a la educación. Estas reformas se dieron en 1827, basadas en las ideas de Bolívar que promulgaba dicho método. 

En el campo de la enseñanza universitaria, en Quito, apoyó la creación de la facultad de medicina cuyo rector José Miguel Carrión y Valdiviezo, gestionó la misma para la Universidad Central de Quito, antes Sto. Tomás de Aquino. 

San Martín asistió a la academia española respecto a su formación militar, no intervino en redactar constituciones como para describir alguna manifestación jurídica de esta índole, no es menos cierto que cuando San  Martín arribó a dichos territorios peruanos, amén de las acciones militares destinadas a liberar el territorio nacional de las fuerzas realistas, centró su acción gubernativa en dos ejes esenciales: 1º sentar las bases constitucionales y legislativas del Estado naciente, 2º organizar la flamante estructura política y, dentro de ella, principalmente, la administración de justicia. 

Acorde con lo descrito por el doctor Carlos Ramos Núñez en “La obra jurídica del Libertador José de San Martín en el Perúestableció la obligación de los amos a proveer a los gastos que demande la crianza y educación de los hijos de las madres esclavas, vale decir de las criaturas nacidas a partir del 28 de julio de 1821… así como la enseñanza de algún ejercicio industrial, por medio del cual puedan después los libertos subsistir independientemente y ser útiles a la comunidad”.

Igualmente, el investigador Antonio Gutiérrez Escudero relata en “José de San Martín: Rasgos de su Personalidad” lo siguiente: 

«Quizás ello explique, en cierto modo, la redacción de las «Máximas para mi hija» donde trata de definir unas precisas, y casi obligatorias, normas de conducta para la educación de Mercedes Tomasa, única descendiente del matrimonio entre San Martín y María de los Remedios Escalada… Porque la lectura detenida de estos sutiles preceptos nos demuestra la profunda preocupación por transmitir a quien era el centro de su atención y su vida, unos valores imperecederos que San Martín consideraba imprescindibles para la perfecta educación de las personas… 

Y, continúa: “No resultaría habitual en la época que una persona cuya vida había transcurrido de batalla en batalla de repente expusiera tan manifiesta preocupación por los libros, la educación y la cultura. Sin embargo, en San Martín encontramos este y otros rasgos de igual índole. Así, cuando en marzo de 1817 el Cabildo de Santiago de Chile le concede un obsequio de diez mil pesos en oro, como muestra de su reconocimiento y gratitud, el Libertador agradece la generosidad del ayuntamiento, pero expresa su intención de destinar la citada cantidad «a un establecimiento que haga honor a U. S. y a ese benemérito reino: la creación de una biblioteca nacional [que] perpetuará para siempre la memoria de esa municipalidad».

Respecto a nuestros compatriotas. Volviendo a los ejemplos originados en nuestro medio, mencionaré primero al ilustre quiteño, doctor Eugenio Espejo y Santa Cruz: “promovió la educación que respondiera efectivamente a los problemas sociales y no solo se divulgara el saber científico, a fin de formar buenos ciudadanos”. «Primicias de la Cultura de Quito», medio que difundió las ideas de libertad, el incentivo a la educación, la igualdad de derechos y los principios característicos de los pensadores del siglo XVIII. 

Como educador “conocer la transformación del sistema educativo que contiene propuesta de nuevos métodos, inclusión de cátedras y con la dirección de las mismas con temáticas científicas, para el crecimiento intelectual de una sociedad atrasada y conformista. Los instrumentos utilizados, fichaje bibliográfico y entrevista permitieron el estudio del proceso histórico de la última etapa colonial del Ecuador, sobre la transformación intelectual lo realizó a través de sus libros y periódico, identificando al sistema, a la clase elitista y las órdenes religiosas como entes principales de dirección de la Audiencia de Quito y por ende de la educación dando lugar a una instrucción pedagógica deficiente siendo la causa principal de todos los problemas suscitados en la Real Audiencia de Quito…, agregando que los libros utilizados eran caducos.

El prócer Olmedo, desde el Reglamento Provisorio Constitucional de Guayaquil, art.17 #2º se dio atención a la educación como lo atestigua dicha norma: “promover la educación de la juventud…». En las otras constituciones que intervino:  Perú de 1823, tiene todo un capítulo (arts. 181 al 185) referente a la educación pública. En las siguientes: Riobamba 1830, art. 26 #7, atribución del Congreso la promoción de la educación pública casi una transcripción de la disposición de 1820; Ambato 1835, art. 43 #82, atribución del congreso, con igual redacción; Cuenca 1845, art. 42 # 12 atribución del Congreso similar disposición, dándonos la certeza que nunca descuidó su fomento y protección desde 1820, conforme se ha señalado sin olvidar el “Alfabeto para un niño” donde de manera poética describe las letras alfabéticas con mensajes educativos. Lo podemos apreciar:

AMOR de patria comprende
Cuanto el hombre debe amar
Su Dios, sus leyes, su hogar,
Y el honor que los defiende.

Concluyendo con la letra Z

ZELO, en cumplir con su deber,
En cualquier condición,
Será la única ambición
Que un niño debe tener.
Estas reglas niño amado,
Te harán un niño gracioso,
Un joven pundonoroso,
Un hombre bueno y honrado,
Y, un anciano respetado…”



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