Luego de la “entrevista” que realizaron los Libertadores en Guayaquil, 26 y 27 de julio de 1822, el destino de ambos fue distinto como nos narran muchos historiadores, especialmente, sobre sus últimos momentos.
José Francisco de San Martin y Matorras, nace el 25 de febrero de 1778 en Yapeyú, perteneciente al virreinato del Río de la Plata. Por su intervención en el proceso independentista de Argentina, Chile y Perú, es llamado el Protector Falleció en Boulogne-sur-Mer, Francia el 17 de agosto de 1850 a los 72 años.
Presentó su renuncia ante el congreso sureño el 22 de septiembre de 1822. Regresó a Argentina hallándose que su cónyuge doña Remedios de Escalada había fallecido en Buenos Aires, el 3 de agosto de 1823 y su única hija, Merceditas, estaba siendo criada por su abuela materna. Sorteando malestares propios de su jerarquía y actividad política, definitivamente, embarcó rumbo a Europa el 10 de febrero de 1824 arribando al puerto de El Havre el 23 de abril del mismo año. Su estancia duró casi 26 años.
Para ilustrar de manera cierta y científica referiré algunos criterios contenidos en “Historia General de San Martín. Aspectos de su salud” de 2012, por los doctores Enrique Barmaimon y Pedro Koyounian, luego de explicar los efectos no solo del uso del opio sino de otras substancias sicotrópicas en el cuerpo humano física y anímicamente.
“En la vida del General San Martín, se advirtió una extraña paradoja: condiciones intelectuales superlativas para la conducción militar, acompañadas por un físico delicado, recurrentemente enfermo. Una contradicción entre la estructura somática del General y su reacción funcional, lo que conduce a un «conflicto entre sus querencias y sus dolencias»; las querencias corresponden a un hombre de acción, y las dolencias lo obligaban a veces a la inacción.” Presumiéndose por las varias dolencias originadas de sus heridas en el tórax recibidas en combate por España en 1801, lo cual, posiblemente, originó crisis asmática. Las situaciones de stress pueden generar reacciones fisiológicas resultando en úlceras, unido que a los 39 años comenzó a sufrir de reumatismo añadido a la gota.
Sobre la causa de su fallecimiento existen varias tomando en cuenta que San Martín padecía no solo una enfermedad sino algunas, por ello es que fijar una sola parece no es real. Transcribo fragmentos de razonamientos de galenos que han detallado y ampliado sobre el particular:
“… se han sostenido varias hipótesis: ruptura de un aneurisma (lo menciona Mitre, presidente argentino), infarto de miocardio (Dr. Ramón Brandán), insuficiencia cardíaca derivada de una tuberculósis fibrosa y complicaciones de la úlcera (Dr. Galatoire). San Martín no tuvo tuberculósis ni fibrosis. El Dr. Dreyer concluye que la causa de la muerte fue una hemorragia cataclísmica, común en la patología ulcerosa. El frío glacial que experimentó, según los testigos, se debe a hipotensión por hipovolemia, manteniendo la plena conciencia de la situación, hasta que la pérdida de sangre fue muy crítica, produciéndole pérdida del conocimiento y convulsión, producidas por la anemia y la anoxia cerebral…”. Descansó en paz rodeado de su hija, yerno y nietas. Sus restos mortales estuvieron primero en la iglesia de San Nicolás, en Boulogne-sur-Mer. Después de las oraciones fúnebres se los conduce a la catedral en cuya cripta quedan depositados hasta el año 1861. Posteriormente ocurrieron varios intentos sobre el destino de sus retos hasta que el 29 de mayo de 1880 el gobierno argentino, durante la presidencia de Nicolás Avellaneda, solemnemente repatrió sus restos siendo depositados en la Capilla Nuestra Señora de la Paz, ubicada en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires.
La conservación de su último domicilio en Francia, está a cargo de la República Argentina con custodia militar.
Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Ponte Palacios y Blanco, conocido como Simón Bolívar, nació 24 de julio de 1783, Caracas, Venezuela, llamado el Libertador por su intervención en Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia en el proceso independentista. Su fallecimiento el 17 de diciembre de 1830 en la Quinta de San Pedro Alejandrino, Santa Marta, Colombia.
Luego de realizado innumerables campañas en torno al proceso independentista de Sur América involucrando a lo que es hoy las repúblicas antes descritas y Perú y Bolivia -duró casi 19 años- iniciado el 5 de julio de 1811 con la declaratoria de independencia de Venezuela, en la cual Bolívar junto con el general Francisco de Miranda tomaron parte, no cesará hasta el 17 de diciembre de 1830 con su fallecimiento. En el intervalo ocurrieron hechos dolorosos, triunfantes, incorrectos, intrigantes, todos dirigidos a romper el lazo imperial español. Actitud que se inició casi desde el mismo momento de la conquista como ocurrió con el movimiento de las Alcabalas de 1592 en Quito en lo que es hoy nuestra República, replicándose ese malestar en toda Hispano-india.
En 1830 su ideal de unir a nuestras futuras naciones en La Gran Colombia -Venezuela, Colombia-Ecuador-; y, la Confederación Andina -Perú y Bolivia- fueron disueltas, en cuyo intervalo Bolívar “tomó” a la fuerza a Guayaquil, impuso su visión política tanto para Perú como crear a Bolivia, hechos que originaron no uno sino múltiples reproches, conatos, protestas e intentos de asesinarlo por dos ocasiones, en Bogotá y en Lima, unido al fracaso del Congreso de Panamá de 1826, no opacaron las más diez batallas en las que intervino.
Si en 1824 hizo mella su enfermedad encontrándose en el Perú, se intensificó a decir del doctor Beaujon médico tratante de Bolívar (O´Lear, 1980: 471) “A principios de agosto de 1829 el Libertador se encontraba en Guayaquil, donde sufrió… de un fuerte ataque de nervios y fiebre, cuya sintomatología puede concretarse en: ataque de nervios, cólera morbo y fuerte calentura”.
En mayo de 1830 se disuelve la Gran Colombia, el general Antonio José de Sucre es asesinado en junio de ese mismo año, su prestigio había sufrido menoscabo. Un subalterno y ardiente partidario de su ideología, el general Luis Urdaneta, el 5 de septiembre da el segundo golpe de estado en la región andina, -el primero lo dio el mismo Bolívar en Guayaquil el 13 de julio de 1822- en favor del Libertador para que se reintegre al ejercicio de la presidencia de Colombia, a lo cual ya muy debilitado por la enfermedad le contestó:
“El primer acto se legitima por el restablecimiento de la tranquilidad pública y del imperio de las leyes; si no se hace así, el primer movimiento no es más que una usurpación, y el ejercicio de su autoridad, una tiranía, bien calificada”. Sin embargo, en los meses que siguieron a septiembre de 1830, Bolívar se dedicó a buscar el fortalecimiento de la posición de Urdaneta.
Cuán distinto su proceder ocho años atrás, cuando pisoteó sin ningún reparo y usurpó ilegítimamente el proceso octubrino de 1820 volviéndose una tiranía.
Hay concretos indicios de lo mal que se sentía al punto que al llegar a Santa Marta tuvo que ser bajado del barco en los brazos de sus amigos, porque no era capaz de caminar. Esto lo obligó a permanecer en dicha ciudad hasta el 17 de diciembre de 1830 que entregó su alma al Creador, a los 47 años
La autopsia determinó que la causa de la muerte fue una tuberculosis diseminada de tipo fibro-ulcera-cavernosa. Una vez cumplidos los honores que le fueron rendidos como Libertador, ex-jefe del Estado y general en jefe, fue colocado en una cripta ubicada en la nave derecha de la Catedral de Santa Marta, al pie del altar de San José. Los gastos del sepelio fueron pagados por colecta pública de los amigos presentes, la cual alcanzó la cantidad de doscientos cincuenta y tres pesos. Con el tiempo sus restos fueron honrados y trasladados al panteón erigido a su memoria en Caracas.