El caso Bernal desnudó el pésimo estado de preparación y la execrable conducción de los órganos estatales frente a un crimen de Estado, no por el lugar de los hechos sino por sus encubridores elementos y multidimensionales aristas.
El secretario Ordóñez, desestimando que convivimos entre narcogenerales y sin vergüenza ajena, proclamó el blindaje de la institucionalidad policial; anunció la búsqueda del presunto cuerpo victimado; y, finalmente esquivó a los medios. Pronto regresará a la palestra pública por su valorada sumisión a un cargo revestido de autoridad ejecutiva para el que le falta criterio y le sobra incompetencia.
El ministro Carrillo estuvo fuera del país y ningún subrogante o subalterno de oficio estuvo a la altura de las graves circunstancias para afrontar lo que se intuía desde entonces, y se confirmaría después, como un asesinato perpetrado al interior de la Escuela Superior de Policía. Sus declaraciones invocando la falta de llamada al 911 revelaron su ineptitud en manejo de crisis y confirmaron su negligencia profesional. Su justificada, aunque tardía remoción, no resolverá la carencia de talante gubernamental del régimen.
Sin cometer prevaricato social alguno, pero ante las irrefutables evidencias, el teniente Cáceres es culpable sin atenuantes, pero existen muchos otros implicados. ¿Será capturado con vida? Más vale que así sea y que no se siga jerárquicamente manipulando un homicidio que evidencia la anarquía de Estado y el repudiable nivel de indefensión ciudadana que rige en el país.
Es claramente un crimen de feminicidio ocurrido al interior de la policía, lugar donde se supone custodian la vida, no la quitan. Hay más implicados por omisión, que escucharon gritos desesperados de auxilio, y nadie se atrevió a prestar auxilio, entonces para qué están ?. La desaparición se denuncia cuatro días después, con un melodrama de telenovela del asesino. No he escuchado que los agentes investigadores hayan cerrado la escena del crimen, el cuarto donde ocurrió el cruel asesinato, no he escuchado que se hallan llevado para investigación el auto del asesino. Aquí faltan pericias elementales, me pregunto será falta de conocimientos, capacidad o encubrimiento.
Fátima Macancela
Este crimen solo muestra una arista, hasta ahora la de mayor descaro, de un abandono del Estado. No creo que sea ineptitud, estamos viendo el efecto de algo que no conocemos y eso es como el país está siendo repartido por otros delincuentes de cuello blanco peor que los anteriores porque como decían al menos teníamos carreteras, Inversión social sobrevalorada pero Inversión, metida de mano a la justicia de frente y no bajo cuerda.
La verdad saldrá a flote algún día y veremos que la ineptitud fue muy eficiente para los sapos de siempre para quienes este sí es un gobierno del encuentro.