Tanto Colón como Magallanes intentaron convencer al rey de Portugal de sus proyectos. Lo lograron en Castilla. Pocas personas conocen que el descubrimiento y conquista de américa, fue iniciativa privada, los reyes solo obtenían una quinta parte de todo el oro, plata y bienes obtenidos, el resto quedaban en manos particulares. Igual pasaba con las tierras ocupadas, la quinta parte era del reino, de ahí que se haya usado este término “quinta” para dar a entender un pedazo de tierra que se posee. El impulso inicial para la exploración no fue la conquista sino el comercio y en particular el comercio de especias. En Ecuador acostumbramos decir especies a las especias confundiendo los condimentos con las semejanzas.
El 6 de agosto pasado se cumplieron 500 años desde que Magallanes intentó dar por primera vez la vuelta al mundo, el 80% de su viaje fue financiado por la corona castellana y el 20% por empresarios alemanes de la época.
En septiembre de 1519 partieron de Sevilla 5 naves con 240 tripulantes. Solo regresó la nave Victoria con 18 personas a bordo y su capitán Juan Sebastían Elcano, quien al zarpar no comandaba nao alguna.
La nave que completo el recorrido llegó a Sevilla el 6 de septiembre de 1522 con 700 quintales de especias. El dinero obtenido pago gastos y dejo pingües utilidades.
El tratado de Tordesillas hizo posible la expedición, pues entre España y Portugal se habían dividido el mundo por una línea imaginaria del polo norte al polo sur, al oeste de españa y al este de Portugal, el limite pasaba justo tomando una pequeña porción de Brasil y no llegaba al rio de la plata. Los portugueses con Brasil agarraron 10 veces más territorio que el pactado.
Al partir se acordó que cada marinero tenía derecho a 100 kg de especias y para ello le daban un espacio en la bodega. El quintal de especias se cotizaba a un valor igual al salario de un trabajador durante toda su vida.
Ivan Obolensky en su libro “El Comercio de las Especias” trae a valor presente 125 libras de pimienta que compradas en Calcuta por una suma equivalente a tres mil dólares, se vendían en Venecia a ciento veinte mil dólares.
El comercio de la nuez moscada y canela era aún más lucrativo, un quintal de estos condimentos comprado por los mismos tres mil dólares se vendían por la sorprendente cifra de un millón de dólares en Londres o París.
El pago se hacía con mantas, ropa, alimentos, cerámica, tijeras, agujas, alfileres, broches, cuentas de vidrio, oro y plata. Un marinero relata su felicidad de haber podido cambiar un espejo por 11 gallinas.
Al menos estos aventureros arriesgaron la vida para obtener beneficios. La bancada del narco partido político UNES, apadrinando a tetones gordiflones y sin arriesgar nada, obtienen más ganancias con la cocaína que hoy apadrinan.
Excelenteeeee!