Laurence Peters se hizo famoso en 1969 cuando publicó su célebre obra “El principio de Peters” , un tratado sobre la incompetencia.
El ensayo sufrió catorce rechazos de publicación por las editoriales, para luego ser el libro más vendido de género no literario. Fue inmediatamente traducido a 14 lenguas e impuesto como libro de texto en ciertos cursos universitarios, seminarios y proyectos de investigación focalizados en este enunciado.
El principio de Peter o principio de incompetencia afirma que toda persona tiende a ascender y escalar posiciones hasta llegar a su nivel de incompetencia.
Esto es exactamente lo que hizo Guillermo Lasso, buscar durante 10 años, afanoso y con vehemencia su nivel de incompetencia, para ocupar un cargo para el cual no estaba preparado.
Administrando un banco estaba bien, nunca faltaron formularios en su organización como faltaron especies en pasaportes, cedulas, medicinas, no hubiesen demorado 8 meses en entregar placas a los vehículos del banco, controló eficientemente la seguridad sin muertes ni robos que lamentar, despedía a los funcionarios corruptos, no contestaba llamadas telefónicas de un sentenciado prófugo que cometió todos los delitos menos el aborto por imposibilidad física, no ordenaba destruir edificios, ni construyó una sucursal sin género, a las deudas no les daba amnistía, ni formaba mesas de dialogo cuando destruían los bienes del banco, tampoco ordenó que reciban una obra mal construida con 1700 rajaduras, cumplia lo que ofrecía,en definitiva era competente.
Me dio gusto escuchar a Guillermo Lasso en la entrevista con Carlos Vera, quien se expuso por sus preguntas e interrupciones a que le den su merecido por ignorante, despistado, insidioso, desubicado, malcriado y presumido. Vi por primera vez que teníamos presidente.
¿Qué le ha ocurrido? Peters tiene la respuesta. Dice que hay personas que, pese a llegar a su nivel de incompetencia están confusos o no tienen confianza, pero con el tiempo, experiencia y entrenamiento se hacen competentes, pues se adaptan al nuevo cargo.
El primero en hacer referencia a este concepto fue José Ortega y Gasset, quien en la década de 1910 dio forma al siguiente aforismo:
Todos los empleados públicos deberían descender a su grado inmediato inferior, porque han sido ascendidos hasta volverse incompetentes.
Corolarios del principio de Peters son los siguientes: Una forma de corrupción es aceptar un puesto para el cual no estamos capacitados; un funcionario quiere multiplicar subordinados, no rivales; los burocratas se crean trabajo unos a otros; los gastos aumentan hasta cubrir todos los ingresos; el tiempo dedicado a cualquier tema de la agenda, es inversamente proporcional a su importancia.
Después de ver la entrevista, pereciera que vemos luz al final del túnel, ojalá no sea las luces de un tren en sentido contrario.