Parece ser que un afán destructivo se cierne sobre la república, torciendo conceptos, oscureciendo inteligencias y sobre todas las cosas ejerciendo una verdadera compulsión sobre algunos políticos, que, obsesionados única y exclusivamente por lograr sus objetivos, se han dedicado a la ingrata tarea de crear conflictos, lo único que les interesa es la notoriedad, creyendo que con ella podrán conseguir votos en el futuro.
Las desproporciones cometidas, por supuesto, son cada vez mayores y así de demasías en demasías, poco aportan al país.
Hacer política medianamente racional es, sobre todas las cosas, presentar programas, sugerir medidas, evidenciar incongruencias e impedir actos lesivos contra los intereses generales.
Deben, por lo tanto, los políticos serios que, gracias a Dios si existen en el Ecuador, fijar su atención sobre problemas de trascendencia para la vida nacional.
Así, por ejemplo, están obligados a pronunciarse sobre un tema de gran importancia para el país, como es el relativo al narcotráfico y la delincuencia organizada que está atacando a todos los ecuatorianos.
Según los expertos en nuestro país hay varias organizaciones locales trabajando con los carteles mexicanos. Entre ellas están Los Choneros, que han cooperado históricamente con el cartel de Sinaloa y Los Lobos, Los Lagartos y Los Tiguerones.
El Ecuador lamentablemente ha pasado de ser un país de tránsito a convertirse a un país procesador de la droga
Por lo mismo, esta es la oportunidad para aquellos que honesta y claramente hacen el quehacer político nacional de dar a conocer a la colectividad como piensan y como podrían aportar para la lucha contra el narcotráfico y la delincuencia organizada.
Ojalá que además de los políticos, el gobierno asuma también sus responsabilidades para que pueda enfrentar con éxito la inseguridad que existe en Ecuador y pueda para los ataques de los carteles de la droga.