Midas, fue un rey de Frigia que gobernó en el período entre el 740 y el 696 antes de Cristo; veamos que lección (por analogía) sacamos de él.
Se casó con una griega, luego mandó un regalo al santuario de Delfos. Tenía todo lo que un rey podía desear. Vivía en un hermoso castillo rodeado de grandes jardines y bellísimas rosas. Era poseedor de todo tipo de objetos lujosos y se había apoderado de todo el poder y rodeado de borregos.
Se apoderaba de todas las riquezas que sus “plebeyos” esclavos podían producir y aun así no se rellenaba. Otros eran tan tontos que quedaban contentos con las sobras que a cuentagotas repartía
Aún repleto de riquezas, Midas pensaba que la mayor felicidad le era proporcionada por el oro y el poder del que se apropiaba. Comenzaba sus días contando monedas de oro…