Miran mal al Cotopaxi por sus “lahares” que bajarían arrasando todo a su paso. Si autoridades y ciudadanos hicieron caso omiso de sus desfogues sin respetar el poder de la Naturaleza. Pueblo que olvida su historia está sentenciado a repetirla con más sufrimiento.
La ceniza mortal para animales, cultivos, agua…, “se transforma a futuro en tierra fértil para la vida de plantas, animales y seres humanos”. Muchos no conocen que, el Ecuador tiene un Super Volcán, el “Chalupas – Quilindaña”, descubierto por el geólogo español José M. Navarro en 1980 con un diámetro de caldera de unos 17 Km. Podría decirse que son “bocas encubiertas en la tierra” como el Mega volcán Yellowstone en EE.UU., con una caldera de 55 x 72 Km. Recientes estudios, de 90 km con 200 y 600 km cúbicos de roca fundida.
El geólogo español debió soportar críticas por suponer que había en Super Volcán cuando allí había uno y se llamaba Quilindaña. Leí hace tiempo – no recuerdo dónde – que en su visión loca cogió una moto y se fue en su búsqueda, vehículo que le permitía ir a sitios difíciles. Tal vez, cansado y desesperanzado; de pronto, mirando hacia el horizonte. ¡Gritó eureka!, pues a la distancia y a su alrededor estaba los flancos enredados del Chalupas y en medio su hijo Quilindaña. El Cotopaxi está al lado a pocos kilómetros y sus erupciones “¿podrían ser una válvula de escape?” que mantendría tranquilo al “Chalupas” que puede desaparecer a todo el Ecuador y producir un “invierno volcánico en el planeta”. Y que erupcionó colosalmente, hace unos 211 mil años. El Cotopaxi en 2.000 años ha tenido 20 erupciones a intervalos de unos 100 años. Y ya son 146 años desde la última fuerte en 1877.