En la mitología griega “las tres Gracias” eran las diosas de la alegría, el encanto y la belleza. Sus nombres eran Aglaya (belleza), Eufrosina( alegría, esplendor, encanto o júbilo) y Thalía (abundancia).
Estas divinidades mitológicas personifican la belleza seductora, como tan seductora es la persona agradecida.
“Es de bien nacidos ser agradecidos” versa el dicho popular, y si es cierto; se nota la procedencia de la persona y su don de gente, sin importar su clase social o situación económica. La persona agradecida es siempre encantadora.
El origen del término “gracias” parece proceder del latín “gratia”. Esta asociada la palabra gracia con situaciones especiales en la religión, sobre todo en el cristianimo. Como cuando nos referimos a oraciones para la Virgen María o pedimos a Dios “la gracia” para tal o cual cosa; también cuando damos gracias a Dios.
El dar las gracias implica la estima del bien recibido, sea éste de cualquier índole, ya que no siempre es material. Una palabra amable, un saludo cordial, una visita de acompañamiento, siempre son motivos para sentir gratitud.
Al dar las gracias, no de palabra solamente, sino con nuestras acciones, demsostramos el aprecio por las personas que nos han ayudado, confiado, guìado, instruido, sanado, etc. Sobre todo si estas personas no han estado obligadas a darnos nada y aún así lo han hecho.
Es costumbre para algunos dar las gracias tres veces, y esto se hace simbólicamente como hablando de una totalidad: cuerpo, mente y espíritu. Gracias con todo lo que soy, con todo mi ser.
En Hoponopono, técnica de sanación ancestral hawaiana, hay una frase: “Lo siento, perdoname, gracias, te amo”. Gracias es la palabra que hace que todo fluya, estás llamando a la abundancia a tu vida. Además tiene repercusiones en la biología del cuerpo, ya que en lugar de que las células escuchen quejas o temores, escuchan agredecimiento por aquello que están haciendo a diario para ayudarte a llevar una vida más plena, saludable y feliz. Por eso hay que agradecer al cuerpo y a las células y moléculas del cuerpo, cada día, en cada momento, gracias, gracias, gracias. Ya que trabajan sin cesar y por lo general, no nos percatamos de eso.
Ser agredecidos con la vida y con todo lo que ésta nos da, es también ayudarnos un poco a ser humildes y a reconocer que tenemos cosas, oportunidades y seres que están en nuestro día a día y nos ayudan a seguir, nos dan momentos de alegría y motivos para continuar. Para quienes creemos en Dios, que mayor alegría, dar las gracias a Dios por cada día.
Gracias, gracias, gracias.
Verdad muchas gracias