Me extrañó la noticia del diario El Universo, de la cancelación de Gloria Gallardo, de la Comisión de festejos de la Municipalidad de Guayaquil, a dos meses de terminar su período alcaldilicio. No conozco las razones para tomar tan drástica decisión, después de diez años de permanecer en dicho cargo.
La Revista Hogar le acaba de reconocer entre las doce mujeres del año, en el ámbito del amor al civismo, de los guayaquileños, que lo cultivó con sumo amor, ciudad que parecía que lo había perdido, la ciudad que la vió nacer, “la ciudad del río y del estero”, como diría el poeta.
A Doña. Gloria, la recuerdo desde su época de relatora de noticias en el canal del cerro, Canal 2, muy guapa y elegante. Después paso a la M.I. Municipalidad de Guayaquil, a trabajar con el entonces Alcalde de la ciudad, Ing. León Febres-Cordero, pero se distanció de él, por solidaridad con su hermano Jorge, quien era Ministro de Economía del Presidente Rodrigo Borja, en cuyo gobierno, había establecido una interesante reforma tributaria y la renegociación de los bonos de la deuda externa. Dicha negociación fue el punto de inflexión entre el Ing. Febres-Cordero y el Ministro de Economía Jorge Gallardo Zavala..
Doña Gloria, se separó de la Municipalidad de Guayaquil, incluso me parece que intentó intervenir en la política, en el primer Partido Político, fundado por el Ab. Alvaro Noboa.
En la Alcaldía del Ab. Nebot, fue llamada a colaborar con el Cabildo guayaquileño, en la recién creada Dirección de Turismo del Concejo guayaquileño, cuyo primer director fue el Señor. Garzozi, puesto al que asumió a su retiro.
Pienso en Doña Gloria Gallardo, en sus desvelos, en sus malas noches, en su estrés, para culminar hasta los últimos detalles, en sus desfiles del mes de Julio, de las carrozas de las reinas de la ciudad y del carnaval, para desterrar el juego con agua, como lo lograron los ambateños, hace años en su ciudad. En cuidar al Malecón 2.000 y mantenerlo impecable, en organizar las cenas navideñas para las señoras de la tercera edad, en dicho Malecón, que se suspendió por el Covid y tantos cosas más que se escapan.
Por ello me extraña su salida intempestiva, “sin pena ni gloria”. Gracias a ella se regeneró el Parque del Centenario, que se había convertido en un lugar de prostitutas, alcohólicos y de gente que hacía ahí, corte de pelo, masajes y se bañaba en las lagunitas de dicho parque, para lo cual, inició el rejado de hierro, para preservarlo, que funcionaba de 9 a.m hasta las 9 p.m. y se cerraba. Hoy entiendo, que se lo ha vuelto a descuidar.
El PSC, necesitaba una “cabeza de turco”, para justificar su derrota electoral y que mejor que la cabeza de la Sra. Gloria Gallardo, pagando justa por pecadoras.
Que el Alcalde electo, vea en ella, la mujer que requiere para mejorar la administración municipal que se propone hacer en su período alcaldilicio, salvo que Doña Gloria, quiera retirarse y descansar, descanso que lo tiene bien merecido.
Un fuerte abrazo a la distancia Gloria Gallardo Zavala. La historia del Cabildo guayaquileño, le reconocerá sus valiosos servicios a la comunidad guayaquileña.
