Los beneficios de la globalización son indiscutibles, sin embargo, el rumbo al cual nos dirige la globalización indefinida y sin filtro, puede llegar a ser perjudicial para la región.
Por eso llamo a la micro globalización, ya que pretendo hacer hincapié en las bondades de esta, siempre y cuando la información sea pasada por un filtro que dirija su enfoque a una microrregión determinada.
Para ser más explícito, propongo analizar algunos proyectos que más allá de su condición de correcto o incorrecto urbana y arquitectónicamente, han hecho una traducción de conceptos globales a una localidad especifica.
“The line” es un proyecto en el noreste de Arabia Saudita, que pretende construir una ciudad ultra contemporánea desde cero, esta ciudad (sustentable, equitativa, y segura) se extiende sobre el desierto, hasta las costas del mar rojo. Esta urbe toma conceptos de la ciudad contemporánea modelo, sin embargo se adapta a su geografía, cultura y tecnología. La ciudad tiene 170 kilómetros de largo y unos pocos metros de ancho. Es una ciudad lineal que está contenida por dos muros espejados de 500 metros de alto, que la separan del aplastante horizonte desértico y crea un micro- clima para el desarrollo de la vida en condiciones ideales. La ciudad forma parte de un proyecto de Arabia Saudita 2030, siendo una urbe sin emisiones de carbono, sin autos y sin calles, que le dará́ trabajo a más de 450.000 personas.
Otro proyecto que resuelve un problema local con herramientas de la globalización es el proyecto ganador del concurso eVolo 2021 “Hmong Skyscraper” diseñado por un grupo de ciudadanos chinos (Xiangshu Kong, Xiaoyong Zhang, Mingsong Sun). El proyecto consta de la reubicación de viviendas de una comunidad aborigen en peligro de ser desplazada. Una estructura en altura permite la ubicación de las viviendas existentes y permite mantener la dinámica de la comunidad pero en este caso en altura.
Este proyecto si lo pensáramos en términos de una solución para un problema latinoamericano, podrían estudiarse muchas localidades aborígenes que sufren amenazas de desplazamiento.
En la frontera norte entre Colombia y Venezuela, existe una comunidad indígena llamada Wayúu, constantemente, las sociedades de ambos países tratan de integrarlos a la sociedad y mejorar las condiciones de vida en términos de derechos humanos.
También, en la localidad de Yasuní́, en Ecuador, están las comunidades indígenas llamadas Tagaeri y Taromenane, que son pueblos indígenas en aislamiento. Ellos han decidido vivir en la selva sin tener contacto con las dinámicas de la sociedad occidental: no tienen internet, ni artefactos tecnológicos y su supervivencia depende de insumos de la selva. Ahora la zona donde viven se encuentra gravemente amenazada por actividades extractivas como la petrolera.
Estos son solo algunos de los casos que en nuestro continente podrían pensarse soluciones similares a las de la comunidad Hmong en China. La globalización nos permite tener el conocimiento de soluciones a problemáticas similares en otras partes del mundo, sin embargo, estos proyectos tendrían que ser analizados con perspectivas locales y así llegar a respuestas adecuadas para cada comunidad.
Proyectos como estos no solo podrían aplicarse a comunidades aborígenes, sino que podríamos pensarlo en términos de otra problemática, como lo es la pobreza. En Latinoamérica, los proyectos de relocalización de viviendas es una necesidad común en las agendas de los gobiernos. Incluso, hay casos como en Caracas, Venezuela: la torre David fue ilegalmente ocupada durante su construcción paralizada, más de 1000 familias con la necesidad de acceder a una vivienda, se alojaron e implantaron sus viviendas en la estructura de la torre, creando una comunidad popular en el centro de la ciudad. El grupo de UTT (Urban Think Tank) realizó un análisis de la complejidad social y urbana que se desarrolló́ en la torre de 45 pisos.
El futuro de nuestros países puede mejorar contundentemente si los arquitectos y urbanistas, junto con otras disciplinas, logramos aprovechar la micro globalización, tomando ejemplos exitosos como el caso de Medellín, Colombia, donde supieron crear un plan de transformación contemporáneo usando herramientas globales ajustadas a las necesidades locales.
Además de tener en cuenta los referentes mundiales, debemos aprovechar los proyectos y referentes que han logrado soluciones locales en Latinoamérica. Si bien los problemas de cada país y localidad pueden diferir, tenemos muchos temas a resolver en común. Los profesionales unidos y comprometidos por una solución, lograremos surgir y mejorar las condiciones de vida de nuestros países.
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