El alcalde electo Aquiles Álvarez ha expresado su visión de expropiar algunas manzanas para un nuevo parque. Una ubicación de la mayor consideración para este proyecto debería ser el de las denominadas Bahías, resolviendo así problemas urbanos y sociales creados por sus continuos asentamientos desde hace más de 50 años. Algunos edificios patrimoniales del sector podrían incluso revalorizarse, preservándolos por su legado histórico y arquitectónico.
Sin duda, esta trascendental obra no debería producirse sin la construcción de una nueva y moderna Bahía con todos los servicios propios (guarderías, comedores, mercados, estacionamiento, etc…) de un gran centro comercial popular en un lugar más apropiado. Otras opciones existirán en cuanto a localización, pero ninguna competiría en términos de aproximación al corazón de la ciudad y en la proyección de una real regeneración territorial por su significativo aporte al desarrollo urbanístico y vial del puerto principal.
No todos estarán de acuerdo con una política pública de tamaña envergadura, entre ellos los actuales tenedores de puestos comerciales. Otros la tildarán incluso de quimérica bajo cualquier excusa. La realidad, empero, es que la ciudad y la mayoría de sus ciudadanos serían los beneficiarios directos de una obra requerida bajo los lineamientos de una verdadera metrópoli. En síntesis, el día que los líderes comiencen a actuar más como estadistas y menos como políticos podremos entonces pensar que el país tiene futuro. Guayaquil tiene una nueva oportunidad.
Cuando Antonio Hanna propuso agrandar el Malecòn lo tacharon de loco. LFC lo hizo y ahi està Malecòn 2000.. todo depende de quièn y còmo propongan ciertas obras.