Como de costumbre fui a tomarme un cafecito, en mi lugar de «encuentro».Cuando salí al área externa con mi cafecito, estaba lloviendo a cántaros. Tosas las mesas y sillas estaban mojadas, menos una, ocupada por una jóven pareja. Les pedí si podían darme una esquinita en su mesa y me contestaron: ¡encantados!. Lo hice, me senté junto a ellos.
Ella de 23 años, él de unos 25. Les pregunté ¿son casados?, ella contestó, “no, él no quiere”. Yo tengo mi propio negocio y me va bien y él se maneja en electrónica. Ambos muy bien vestidos para la ocasión con vestimenta apropiada de tipo sport. Muy agradables.
Él me preguntó, Ud. es casado, le dije sí hace más de 50 años, como que se sorprendió y me pregunto de inmediato, ¿que se requiere para tener un matrimonio de larga data? Le conteste de manera improvisada, tres cosas: 1) Fidelidad, si uno de los dos es infiel, el matrimonio dura poco y si alguna vez tienes un desliz, que en ocaciones es inevitable, jamás se lo cuentes a tu esposa, por cuanto las mujeres no admiten la infidelidad, eso te lo llevas a la tumba, le dije frente a ella. 2) Comunicación, pero tiene que ser una comunicación amable, en la cual el uno y el otro tienen que comunicarse lo que no te gusta de ella y ella de tí, pero, dicho con amor, y 3) Confianza mutua, si el uno desconfía del otro, no se casen y esperen hasta que aparezca la persona ideal.
Por su puesto les dije hay más requisitos, pero esos son de caracter personal de cada uno: educación, modales, sentimientos, etc.
Por supuesto, les dije, no soy ni consejero matrimonial, ni mucho menos, los muchos años de casado, no te convierte en “consejero matrimonial”, pero fueron ustedes los que me lo preguntaron y es esto lo que a mi entender me parece básico, para un matrimonio de larga data.
Algo tenían que hacer, se despidieron y se retiraron. Me agradó mucho tener esta no muy larga conversación, por cuanto es bueno que los jóvenes se concienticen que el matrimonio es para toda la vida..
Que Dios los bendiga y los oriente en sus destinos.