La vida es como el sol,
Si el sol se apaga, solo quedan las sombras,
Nos están quitando, el sol de la libertad y la vida,
Casi la tenemos perdida, si no reacciona el Ecuador.
Hordas sin alma,
Nos quitan la calma,
La respiración se agita,
La esperanza se marchita,
Cruces en las esquinas,
Por avaricia mesquina,
Son bandas criminales,
No parecen gente sino animales,
Atemorizan al niño, a la mujer y al anciano,
Existen leyes en vano,
Y las que hay, ya vienen con puñales,
Son hechas por expertos vividores de albañales,
Origen de todos los males, es el corazón perverso,
Incluyendo a algunos jueces, y fiscales que queman incienso,
Si les preguntan porqué dejaron libre al delincuente confeso,
Ellos dicen con cinismo, no estuvo el parte a tiempo.
Máquinas de hacer dinero,
Máquinas del averno,
Computadoras sus mentes,
Mercaderes indecentes.
Hasta cuando ese gran mal,
Adoradores de Baal,
Entregan a los hijos de la patria a Moloc,
Y tienen la osadía de que los llamen Doc,
Diminutivo de doctor.
Pobres policías, los matan por usar uniforme,
Pero de eso no hay quien informe,
A los intocables de los derechos humanos,
Sentados los matan en sus propios carros.
Es hora que el pueblo pida a Dios,
Alguien de mano dura,
No pedimos un santo…solo alguien con cordura,
Que sea capaz de protegerte a vos.
Hasta que eso suceda, pidamos que no haya paros,
Asesinos infiltrados, y muchos disparos.
Que no quemen destacamentos ni carros,
Y que no manden al inocente a morir.
Los parques y los niños…se han esfumado,
Mas el delincuente, camina perfumado,
Viste con ropa de marca,
Y lleva consigo la parca.
Muy real su poesía, señor Luis Montalvo