23 noviembre, 2024

¡Día de la madre!

¿Es que debe haber solo un día de la madre?…

¿Cuándo hay millones de seres hijos, nacidos en millones de días del mundo?…

Días de millones de mujeres que, al dar la vida a un hijo, se convierten en madres…

Mujeres madres, desde que sienten el primer latido de ese ser que se está gestando en su vientre y que más tarde se enternecen ante el primer llanto de su hijo, para acallarlo como madre; con arrullos de amor y de ternura…

Mujeres madres que pobres o ricas, crían a sus hijos: unas entre sedas y encajes u otras entre trapos y retazos…

Y lo importante:  Unas con el compañero de su vida -padre de su hijo- u otras víctimas de seres inconscientes e irresponsables que no miran más por ella, ni el niño engendrado…

Pero ellas ¡siempre madres! Que sufridas o felices se sacrifican por darle vida a su hijo…

De ahí que, Día de la madre, es cada día de la vida de los hijos…

 ¡Día de aquellas mujeres, que traen un ser a este mundo, para amarlos y criarlos eternamente!

Por ello y tantas cosas más, bien vale haber escogido en el calendario de la vida, un día, como ¡Día de la Madre!

¡Para gritarle al mundo su grandeza!

¡Y todos los hijos podamos expresarles amor filial eterno…!



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Carta a Jaime

Jaime;

Soy un guayaquileño ya fatigado de tanto serlo. Más que cansado, soy un guayaquileño ya sin sueños. Cuarenta y cinco años radicado en este gran poblado y luchando con la pluma por y para soñar, porque si uno no sueña, prácticamente ha muerto. He sido activista combativo con la pluma y me entrometí en los quehaceres cívicos desde todos los ángulos posibles. Desde la Cámara de Comercio en 1.982 inicié una tarea cívica larga y sostenida. Logré como novato desesperado que se ubicaran 500 rústicos maceteros al cuidado de cada comerciante ubicado a lo largo de lo que en ese entonces se llamaba Boulevard 9 de Octubre. Abdalá llego a la alcaldía y los mandó a botar en alguna parte. Ya los jóvenes no se recuerdan, y de nada sirve traer a tiempo presente la cantidad de vicisitudes que anduvimos desde la Operación Guayaquil Protesta, que culminó políticamente con el desfile del yucazo, cuando te fotografiaron dando la señal del tubérculo a la caravana que la presidía Rodrigo Borja una vez que decidió por la fuerza pública tomarse la Avenida 9 de Octubre, un 9 de octubre. Me involucré en la Cámara de Industrias donde tuve la sensación de lo cívico se confunde con lo gremial, sin darse cuenta que el gremio vive y se desarrolla en una ciudad.

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