La corrupción es el mal uso del poder público o privado para obtener un beneficio indebido, vulnerando tanto principios y deberes éticos, como normas y derechos fundamentales. Será que la persona es corrupta porque se da cuenta que no hay justicia que las leyes no se cumplen que campea la impunidad Eso lo conocemos. todos ¿Pero ¿qué hay más allá? ¿Qué lleva a una persona a ser corrupta? ¿Qué piensa o qué siente para llegar al punto de estar dispuesta a incumplir normas y violar derechos fundamentales?
En este espacio trato de explicarte los casos de perfiles de personas con estos rasgos innatos y adquiridos que creen erróneamente que al emprender obras tienen derecho a un porcentaje y dan la vida por llegar a un cargo político de libre elección para enriquecerse a costillas de un pueblo carente de cultura del voto y de un CNE que facilita el fraude –
PRIMER CASO. La persona corrupta sabe que su actuar transgrede principios y valores éticos, así como normas y reglas que hacen posible la convivencia social. Sin embargo, esto la tiene sin cuidado.
En otras palabras, No tiene ni respeta límites. Actúa sin interesarle las reglas básicas que diferencian actuar de manera íntegra y de manera corrupta. No teme poner en riesgo la coexistencia en la sociedad. Esto ocurre en casi todos los Gads y Prefecturas porque sabe que los organismos de control fácilmente pueden ser vacunados
SEGUNDO CASO: Actúa en base a impulsos absolutamente opuestos a la ética. Sin embargo, no tiene ningún problema de hablar sobre moral, promulgar principios éticos y comprometerse e -incluso- jurar públicamente que trabajará y velará por el bien común de la sociedad.
En mi opinión existe una Incoherencia absoluta. Hay un divorcio entre lo que hace y dice una persona corrupta y se puede comprobar en los políticos una cosa es lo que ofrece en campaña y otra cosa es lo que cumple en el poder, solo le interesa solucionar sus problemas mas no los problemas de la gente
TERCER CASO: Sabe que su actuar conducirá indefectiblemente a la violación de derechos humanos y a la situación de pobreza extrema de la población, pero aun así roba parte del presupuesto destinado al bien común.
Por ejemplo, saca «su tajada» del presupuesto para la construcción de puentes, represas, carreteras, hospitales, etc. Le tiene sin cuidado el bien común. Argumentando que tiene derecho a un porcentaje por cada obra que emprende
A estas personas les falta de empatía. Lo único que les importa es su beneficio individual. No les interesa lo que pase con los demás, así sean personas por las que se comprometió a velar al ejercer determinada función pública.
CUARTO CASO: Tiene la necesidad de satisfacer constantemente su ego, confirmando su «poderío» y su «capacidad» para manipular situaciones. Sus actos están teñidos de un aire de superioridad y necesita la admiración excesiva de los demás.
Ello la lleva a estar convencida de que merece tener privilegios y, por tanto, merece un trato excepcional. Es así que considera completamente natural recibir «favores especiales» y que los demás actúen al compás que ellos/as tocan.
Esta clase de personas son conocidas como Narcisistas. Un ejemplo clásico es Rafael Correa manifiesta un sentido exagerado de egocentrismo, preocupación constante por sí mismo que viene de familias disfuncionales y curiosamente son los que triunfan en la vida y que existen en todos los regímenes populistas en la región sean de izquierda o de derecha
QUINTO CASO: Va muy ligado a lo anterior. La persona corrupta actúa como si fuera «intocable», incapaz de ser juzgada y -mucho menos- condenada. En su entorno basta negar y negar contundentemente cualquier delito que se le impute, por más evidencias que existan al respecto. El clásico argumento No hay pruebas, lo que no hay es un estado constitucional de derechos y de justicia que lo transformaron en un estado de legalidad selectiva
SEXTO PASO: Muchas personas asocian corrupción con hombres y no con mujeres.
Para muestra un botón. Basta escuchar los testimonios de quienes alguna vez fueron parados en sus vehículos por policías de tránsito. Quienes fueron interceptados/as por un policía hombre manifiestan -en su gran mayoría- que el pedido de coima o soborno se dio casi de inmediato. Casi casi después de haber dicho «buenos días / buenas tardes» y casi casi antes de señalar la supuesta infracción cometida por el/la conductor/a.
Por otro lado, quienes fueron alguna vez interceptados/as por una policía mujer señalan -también en su gran mayoría- que «son tan verdes» que «nunca aceptan una coima» ni «un arreglito». Te ponen la papeleta de inmediato y no entran «en negociaciones». Incluso, algunos/as las describen hasta como «intransigentes». Como si fuera un ámbito en el que se pudiera transigir.
SEPTIMO CASO
Aquí debo hacer una precisión, hasta el momento he descrito los rasgos que generalmente encontramos en los corruptos, pero -como todo en la vida- hay excepción . es decir , casos y casos, tantas particularidades como personas hay en el mundo.
Por ejemplo, existen los corruptos con perfil bajo. Y existen también corruptos extremadamente inteligentes que logran enmascarar casi a la perfección sus dinámicas y construir fachadas de integridad que cuesta mucho detectarlas y en este caso se encuentran los políticos ecuatorianos que manejan la cosa publica, aunque ustedes no lo crean en Ecuador existen más 600 casos de delitos de corrupción por tipificar y naturalmente en la impunidad ´por la colusión entre jueces , fiscales , policía gobernantes y asambleístas indeseables..
REFLEXION: la corrupción es un problema sistemático y generalizado, que nos deja cada vez más desprovistos de instituciones, derechos y oportunidades. Hablamos mucho de erradicarla o prevenirla.
¿Acaso no deberíamos tener en cuenta como parte de esa estrategia de erradicación o prevención el factor de la salud mental? En mi opinión, sí.
Creo que para poder lograr buenos resultados en prevención de corrupción es indispensable comenzar por aprender a ejecutar políticas públicas integrales. es decir , atacar las causa y efectos que los producen entender qué pasa por la mente de los/as corruptos/as, de quienes corrompen y de los/as potenciales corruptos/as.
Y en mi opinión más corrupción encontramos en el Ecuador en el sector público, con solo decirles que el sistema de compras publicas es en mas complejo y corrupto del mundo y nadie quiere cambiarlo y sin que quiera decir que no exista corrupción en el sector privado, lo que pasa es que en lo privado si una cosa o proyecto no funciona pierdes plata ,pierdes credibilidad y confianza en tu producto y puedes corregir esos errores o cerrar tu empresa antes que quiebre, en cambio que en lo público el burócrata tiene seguro el sueldo o salario y le importa un comino corregir sus errores y tampoco le importa que el Estado se desfinancie con tanto empleado innecesario