24 noviembre, 2024

Quito y Guayaquil por siempre y para siempre

Mi homenaje a nuestras fiestas patrias, VEINTICUATRO DE MAYO DE 1822. Guayaquil y Quito, somos una sola nación, un solo estado y ojalá fuéramos guiados por una gobernanza ética y moral sin politiqueros de mal talante que tanto daño nos han hecho y nos siguen haciendo.

Guayaquil a 24 de mayo de 2023.

I
José J. de Olmedo y Carlos Montúfar
Amaron a su tierra.
Sol quiteño, mar guayaquileño.

II
Quito y Guayaquil, unidos
Por el patriotismo de sus hijos,
serrano y costeño germinaron heroísmo.

III
Olmedo, con el Derecho y la Poesía
encumbró a Guayaquil a su Independencia.
¡Gloria Imperecedera!

IV
Montúfar, su ingenio militar
Enfrentó a la fuerza del mal
¡Quito refulgió Gloria Eterna!

V
El ecuatoriano ha comprendido
Que Derecho y bayoneta
Nunca han convivido.

VI
Al futuro ecuatoriano, ni el rey lejano
Ni el Libertador cercano
Pudieron ni convencer ni vencer.

VII
Bolívar, recia personalidad varonil.
Grande en la Historia,
Pero…, tan pequeño con Guayaquil.

VIII
Gratitud eterna para nuestros próceres
De mil batallas de verso y fusil
Forjaron el naciente porvenir.

IX
Hoy, añoramos esa entrega.
Aún no hay fértil germinación
Que forje al verdadero Ecuador.

 

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Siguiendo con los versos de José Ángel Buesa, quiero presentar ahora uno de sus versos más cadenciosos, un estilo antiguo de versificar, que es muy musical y agradable. Creo que en la poesía romántica en general, Buesa es un referente obligado para las almas que interiorizan los sentimientos.

Duele ver cómo el mundo ha ido dando la vuelta y del amor romántico y tierno, se ha pasado al deporte sexual, donde lo que importa es el placer, no el sentimiento.

Me da pena ver el camino que le queda a nuestros descendientes. Quizás soy un negativista por mi forma de pensar retrógrada, pero creo que el amor debe ser la base para toda relación humana. Si no se ama, no se vive. La vida puede tener todo el erotismo que le queramos poner, pero si no hay amor, no hay vida. Los sentimientos deben aflorar y por ello, creo que el leer poesías románticas ayuda a llevar ternura al alma y a la relación humana. La intimidad del hombre y de la mujer es el sitio más íntimo del ser humano. Si se lo presenta abiertamente a todos, deja de tener esa intimidad que nos lleva al deseo de conquista de la otra persona.

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