Siempre hablar de libertad ha significado hablar de política. Y hablar de política no ha sido otra cosa que direccionar los destinos sociales mediante las ambigüedades del poder económico. ¿O acaso los gobiernos, por elecciones o dictaduras, no son el resultado de este embrollo institucional? La desgracia es cuando de esta situación no son conscientes los ciudadanos, que existe en general solo por sobrevivir…
Claro que la libertad ha sido, todo el tiempo, un llamado eterno a los conflictos, ya que quienes la quieren y necesitan la han tenido rara vez en sus manos, como parte de sus destinos para vivirla. Pero, ya en los términos de la época colonial, indios y mestizos estaban decididos a ser libres, y, pese a todo, incluyendo la vida, hacer por su voluntad su verdadera historia.
Para finales del siglo XVIII Eugenio de Santa Cruz y Espejo expresaba, seria y valientemente, un pensamiento profético válido aun hoy día. Dejó escrito en sus Primicias de la Cultura de Quito de 1792 << “Hablemos con el idioma de la escritura santa: vivimos en la más grosera ignorancia y la miseria más deplorable”>>.
¿Es que el nativo solo podía aspirar a la esclavitud en las minas y al castigo continuo de criado y doméstico en la ciudad?. Pero el pensamiento de Espejo estaba dirigido a la plena liberación del negro, del indio, del blanco, del mestizo; sea esclavo, sirviente o patrón… Pensamiento que en toda su vida fue sinónimo de libertad…