Los terapeutas dicen que las personas somos el espejo de nuestros gobernantes y que nos volvemos más críticos, negativos e implacables en el juicio con las personas que tenemos más cerca de nuestro entorno, influenciados por los medios de comunicación de la televisión y redes sociales, generando rechazo a todo.
Este nocivo mecanismo psicológico no es fácil de eliminar, al contrario, se proyecta fácilmente a otros ámbitos de la realidad como en el caso de la política
Me explico, en cada gobierno sea de izquierda o de derecha termina siendo nuestro saco de boxeo, porque es nuestro mejor espejo, la suma de todos nuestros defectos.
Cada vez que votamos por un asambleísta y para presidente, Alcalde o Prefecto ,votamos por lo que somos. Los 137 padres de la patria hoy cesado, por ejemplo, son imagen y semejanza del ecuatoriano promedio, en cada una de las regiones del país.
En otras palabras, los asambleístas glosados o encausados o pertenecientes al grupo criminal organizado «o los amigos del entorno del presidente Lasso comprados para obedecer sus órdenes, blindarlo y a cambio ganar obras, proyectos y licitaciones para sus amigotes son el reflejo de nuestras decisiones y todos curiosamente aparecen como candidatos para las elecciones del 2023.
Lasso y el nuevo presidente o los asambleístas que vengan en el 2023 y 2025, no estarán sentados en el Palacio Legislativo o en Carondelet por culpa del Estado, de política, o por el destino estarán sentados en el poder porque la población lo eligió.
La asamblea o el gobernante no es el problema. El problema es cultura de la población. No son víctimas. Son verdugos. No son oprimidos. Son opresores. Con sus votos nos clavaron corruptos en el Estado como Correa, Moreno y Lasso o por excepción la culpa es el perverso sistema electoral que utiliza el fraude en favor de los dueños de los movimientos y partidos políticos que en Ecuador son Nebot, Correa Lasso, Moreno, los Banqueros y grandes empresarios que financian las campañas
En la medida en que empecemos a ver esta realidad nuestra inteligencia no debería tolerar que nos sintamos «víctimas» de los políticos cuando nosotros los pusimos en el poder.
Eso no lo acepta un cerebro con salud mental. Si aceptamos que cada político corrupto o perezoso que es elegido, está ahí debido a nuestro voto, y si entendiéramos las pérdidas económicas, sociales y humanas que nos genera mantenerlos, otra sería la historia no solo en Ecuador sino en el mundo entero.
Pero no… Hoy triunfa la narrativa de la izquierda, esa que nos quiere convencer de que la culpa nunca es nuestra y siempre hay alguien que nos debe algo, y que tenemos derechos, pero no deberes, y que hay opresores y oprimidos, y que, si eres de izquierda, eres de los buenos, pero si eres de derecha, eres de los blancos malos y opresores… Y pensando así, queridos ecuatorianos, nos quedaremos estancados de por vida viendo desfilar a más ricos y más pobres. Elige con conciencia