En los sueños te persigo y luego me escondo, sé que estoy soñando, pero algunas partes de mi sienten que esto es real.
Camino entre bosques, lagos, animales, nadie puede notar que estoy. Me pongo de cuclillas frente al cielo y le pido que me conceda algún milagro…
Una voz me responde suavemente y con dulzura:
«¿No te basta con los milagros que ya te di?» Abro los ojos rápidamente pero no hay nadie, busco y busco, pero efectivamente no hay nadie.
Entonces la frase resuena en mi cabeza: «¿no te basta con los milagros que ya te di?» Vuelvo de mi sueño, despierto y me encuentro llena de vida, llena de milagros.
Me doy cuenta que la vida tiene simpleza, pero nosotros la complicamos todos los días, me doy cuenta de lo afortunada que fui, que soy y que seré.
La vida me ha dado dolores, pero también me ha dado felicidad, todo tiene su lado bueno y su lado malo, no hay que dejarse llevar por las sombras que quieren escondernos en su oscuridad. Hay que dejarse llevar por los buenos momentos, las buenas sonrisas y las buenas almas.
Hay que entender que, aunque no tengamos todo tenemos lo suficiente, puede no bastar, pero te aseguro que te llena todos los rincones de la vida.
En mis sueños ahora ya no persigo, no cuestiono, no me escondo.
En mis sueños ahora también puedo mostrar mi fortaleza y mi fragilidad.
Que lindo escrito! Es muy cierto lo que dices; vivimos sin reflexionar lo mucho que hemos recibido.
Gracias por compartir tus sueños.
Alba