El infierno en la tierra son las cárceles. Las cárceles son el reflejo de nuestra perversidad humana. Se considera que la mejor forma de proteger a la sociedad de los criminales es enjaulándolos en ese zoológico inhumano
Para luchar contra la violenta violencia que vive el pueblo ecuatoriano no tiene que copiar o emular lo que se hace en el Salvador de Bukele, detener la inseguridad enjaulando a más de sesenta mil personas peligrosas en su país, esas no son las vías.
El Salvador puede vivir en pacífica paz. Sin embargo hasta el mas avezado ciminal tiene derechos y nos soy un Defensr de los Derechos Humanos que no cumplen su papel soy un defensor de la ley del débil a mi juicio , no basta con enjaularlos a aquellas personas que por las razones que sean se desviaron del correcto camino, quebrantando la ley o que hayan sido mal calificados como terroristas , la mayoría de los enjaulados son delincuentes [U1] organizados que persiguen beneficios económicos ,es decir delincuentes comunes sin ideología
Los privados de la libertad están enjaulados no solo su cuerpo, sobre todo, su mente, su espíritu, su alma, por lo que es prioritario trabajar con ellos, en procesos serios de rehabilitación integral para que al final puedan reinsertarse positivamente en la sociedad, de lo contrario, el trabajo titánico realizado por cualquier gobierno incluido el trabajo de Bukele que traspasa sus líneas rojas , no dará los frutos necesarios, porque cuando los privados de la libertad salgan, -eso si algún día salen o antes no mueren en las celdas o no se maten entre ellos, seguirán con su alma envenenada, con su odioso odio atragantado, con su resentimiento permanente, por lo tanto, la bronca continúa porque no han sanado sus tragedias de vida, y eso es lo que se debería trabajar de urgencia, no solo en el Ecuador sino en el propio Salvador
Las cárceles deben ser convertidas en clínicas de rehabilitación integral de la mente, del espíritu, del alma, del corazón. Esto es lo primero que se debe tratar, sanar las historias de vida de los privados de la libertad, para ello, se requiere de profesionales serios, responsables, éticos, altruistas, humanistas que entiendan lo que es una política criminal integral con experticia en diferentes áreas de las ciencias humanas, de las ciencias del alma, del fortalecimiento del espíritu, que trabajen en el comportamiento humano: psicólogos, psiquiatras, neurólogos, educadores, etc, No solo armando al pueblo, o dotando de instrumentos de represión a militares y policías y poniendo frente a la cárceles a personajes que mas que darles protección parece que les están fumigando , solo así los privados de la libertad podrán liberarse de los traumas de su niñez, traumas que arrastran, incluso desde antes de su nacimiento y que podrían ser el origen de tanta maldad, produciéndoles serios desequilibrios emocionales en su personalidad. Definitivamente, con más bronca espiritual no se construye la vida.
Este arduo trabajo de la limpieza del alma, de la sanación espiritual, del perdón lograremos que, una vez rehabilitados los privados de la libertad, sean ellos quienes voluntariamente, si así lo desean, puedan rehabilitar a sus propios hermanos de infortunio, porque son ellos quienes conocen el calvario que atravesaron en sus vidas. Además, está rehabilitación del afecto, del corazón, del perdón, no solo es con las personas privadas de la libertad sino también con sus familias.
La cárcel, dejarían de ser una gran jaula humana para convertirse en un observatorio del perdón, del arrepentimiento, de la reconciliación, del amor, y que serviría como un plan piloto para otros países.
Este es un gran desafío de los nuevos políticos que lleguen a la Asamblea y a Carondelet. Con voluntad política, muy bien se podría cambiar el modelo de las jaulas carcelarias por clínicas de rehabilitación integral, de sanación espiritual, porque las cárceles son el karma y reflejo de lo que somos que arrastra a toda la sociedad ecuatoriana