23 noviembre, 2024

Los sonetos (2)

Los sonetos fueron muy comunes en la época del siglo de oro, tanto, que fueron parte de peleas, riñas entre y enfrentamientos entre los literatos de esa época.

Quevedo, genial en sus sátiras, fue uno de los más brillantes usuarios del soneto. En las discusiones con un amigo que tenía una nariz grande, le escribió un soneto que dice así:

A UNA NARIZ

Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una alquitara medio viva,
érase un peje espada mal barbado.

Era un reloj de sol mal encarado,
érase un elefante boca arriba,
érase una nariz, sayón y escriba,
un Ovidio Nasón, mal narigado.

Érase el espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,
las doce tribus de narices era.

Érase un narcicismo infinito,
frisón, archinariz, caratulera,
sabañón garrafal, morado y frito.

Al estar prohibidas ciertas palabras, no reproduzco aquí otros sonetos de Quevedo.

 

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Manuel Mur Oti, director de cine, guionista, productor, actor, poeta y novelista, nació en Vigo, España el 25 de octubre de 1908 y murió hace relativamente poco, en Madrid, en el 2003. A los trece años viajó a Cuba, donde estudió Derecho y Literatura, luego recorre varios países y en 1949 regresa a España y crea su productora Celta Films.

Como novelista, fue finalista del premio Nadal con Destino negro, pero donde en verdad brilló su genio fue en sus películas, como La guerra empieza en Cuba, Fedra, Cielo negro, Orgullo, Duelo en la Cañada, Un hombre va por el camino, A hierro muere, Una chica de Chicago, La serie de televisión La otra cara del espejo, y un DVD sobre la vida de Santa Teresa de Jesús.

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