La reducción de las importaciones de China a EEUU y viceversa es evidente y no es necesariamente algo bueno. Después de todo, no son sólo la ‘política fiscal’ y la ‘política monetaria’ las que afectan la inflación de un país; la ‘política comercial’ también lo hace por ejemplo cuando las empresas de EE. UU. reorientan sus cadenas de suministro y reducen las importaciones chinas, invariablemente aumentan los costos, para las empresas en cuestión y, en última instancia, para sus clientes estadounidenses. Y esto unido al despilfarro que hace EEUU con la intromisión en el planeta en sus conflictos bélicos por la apropiación de recursos naturales en especial por petróleo y gas que tiene algo más de 200.000 militares distribuidos en unos 180 países y territorios alrededor del mundo hace que su economía tambalee y se produzca un estancamiento y amenaza de quiebra de EEUU que en este mes de julio del 2023 se quedó sin dólares o liquidez y tuvo que imprimir billetes sin respaldo en un monto nunca visto 3, mil quinientos millones de dólares
Todo esto produce deflación que actúa en los hogares de los estadounidenses como un freno para el crecimiento económico, ya que la caída de los precios empuja a los consumidores y las empresas a retrasar las compras y las inversiones porque esperan que las cosas sean más baratas en el futuro.