Tengo celos de Dios, celos divinos
porque quiere llevarte de mi lado
siendo Él, el que unió nuestros destinos
y ahora quiere dejarme desdichado.
¿Será porque encontré en tus amores
la paz que tiene el cielo reservada?
¿Será porque en la tierra los temores
aprisionan el alma enamorada?
Tengo miedo, mi amor, de que me dejes,
tengo miedo de verme solitario,
sufro del desamor cual los herejes
que no hayan el consuelo en el rosario.
Si Dios me puso a ti de compañera,
si has sido para mí toda mi calma,
si has sido tú, sin última, primera
en mi vida, en mi sueño y en mi alma,
No puede Él apartarte de mi vida
no puedes tú dejarme solo y triste,
porque eres para mí la más querida,
sólo recuerdo cuanto me quisiste.
Pero si Dios te quiere, yo te adoro
y a Él le pido te deje junto a mí;
si quiere Dios quitarme mi tesoro
que me lleve primero, antes que a ti.
Linda poesía que me va como anillo al dedo, cuando hace poco quiso llevarse a mi compañera de toda mi vida. Sé que la extraño muchísimo, pero sé también, que ella se encuentra gozando de la paz que tanto anhelamos los seres humanos. Pienso cada día en ella, pero a la vez viene la fortaleza al saber que ella no ha muerto ya que sigue latente en mi corazón, en mi pensamiento; recordando aquellos momentos maravillosos que pasamos en esos 53 años que compartimos día a día. Nuestros sueños, nuestras inquietudes, nuestras alegrías y penas se hacían más llevaderas a tu lado, pero sé también, que desde dónde te encuentres me sigues acompañando mi chiquita, mi amor, mi Alicita.