En vísperas de elecciones presidenciales, otras autoridades y una consulta popular, en el país estamos viviendo tiempos complicados. Esto no es novedad, ya casi nos acostumbramos a que haya todo tipo de actos violentos, y no solo por la época electoral, sino en el diario vivir.
Ahora, lo que cada quien busca por su cuenta es la manera de “protegerse” y sobrevivir, es decir estamos habitando en una selva inhóspita, a donde en cualquier momento podemos ser víctimas de lo que sea que pueda pasar.
Las noticias de cada día en el Ecuador son una constante crónica roja, no dan para otra cosa. Por eso hasta los sicólogos recomiendan a sus pacientes: mejor no ver noticias.
Pero, aunque no se quiera verlas o uno pretenda no enterarse de lo que sucede, los hechos tocan la puerta de las casas de cada ecuatoriano y nos hunden cada vez más en esta pesadilla de la que no se sabe cómo y cuándo vamos a despertar.
Muchas personas tienen los nervios desbordados y el miedo los carcome.
¿Es normal vivir así? Lo que ocurre en el país es gravísimo, y nos guste o no, nos afecta a todos.
En el Ecuador, se puede decir que prácticamente estamos “presos”. No se puede circular con seguridad ni tranquilidad por cualquier parte o a cualquier hora. Hay que andar siempre atentos y prevenidos “por lo que pueda suceder”.
Antes de salir a algún compromiso que no sea estrictamente de trabajo, hay que pensarlo mil veces. Hay ciudadanos, de acuerdo al sector a donde viven, que pasada tal o cual hora, ya no pueden entrar o salir de sus casas, por el peligro de ser víctimas de la delincuencia.
El país es un caos. La verdad estamos en una terrible acefalía gubernamental.
Vivimos, de lo que yo recuerdo, el peor de los abandonos por parte de las autoridades estatales. A nivel local, sea provincial o cantonal, cada autoridad hace lo que pueda, que no es mucho.
Y así, hay que continuar, con la desgracia que supone gastar tanto dinero en campañas políticas, en nuevas elecciones, como si no hubiera escuelas, hospitales, obras públicas que ameriten utilizar, con prontitud y por el auténtico bienestar de todos, ese dinero.
Es tremendo lo que pasa aquí y más que lamentable, pero pasa, es la realidad y hay que tratar de ayudar a darle un giro a esto. Lo que no se logra ver, es cómo.
¿Cómo puede mejorar esto? ¿Qué más es posible?
¿Caras nuevas? ¿Cuáles son sus fines? ¿Qué auténtica propuesta de cambio pueden ofrecer los candidatos, sin el terror que implica que los maten, por querer hacer algo diferente?
Qué Dios nos guíe al momento de votar, que Dios nos ayude y nos salve de más desgracias. Y a los encargados del proceso electoral, que la conciencia los asista al momento de contar los votos…
Desde Mi Trinchera expresa su pesar por los acontecimientos suscitados en las últimas horas en el Ecuador.
Muy lamentable lo que estamos viviendo nos queda la esperanza de que algún día seamos ese Ecuador donde se podía salir sin miedo ni temor a no regresar. Dios proteja nuestra patria . Excelente artículo!
Misericordia Dios, ayudanos a soportar toda esta voragine de cosas negativas
Así vivimos, pero tenemos la obligación de jamás acostumbrarnos!
Como puede mejorar esto?