Estamos muy próximos al inicio del silencio electoral, etapa en la cual, sin el sesgo de propaganda abundante, deberíamos reflexionar sobre quien podría ser nuestro nuevo Presidente y quienes conformarían la Asamblea Nacional.
Esa decisión personalísima debe ser muy bien pensada por todos los ecuatorianos con opción al voto, ya sean obligatorios o facultativos, porque de eso dependerá si seguiremos aguantando más de lo mismo, o por fin se abrirá una brecha hacia un mejor futuro para el País.
Sinceramente no soy muy optimista, creo que la Asamblea estará muy atomizada con una mayoría favorable a un partido político, cuya agenda primordial es traer a unos prófugos y para lo cual, su misión principal, será torpedear todo lo que se pueda al futuro gobernante del País, fuera cual fuere, porque ese es el estilo que han demostrado en este último lustro y no les interesaría cambiarlo, al serles redituables dichas maneras de gestionar su accionar, políticamente hablando.
Tendremos tres días de reflexión y más allá de que el próximo Domingo 20 de agosto, nuestra única herramienta constitucional y legal para combatir la situación actual que tenemos en el entorno ciudadano, considero que todos tendremos que hacer un Mea Culpa, y ser conscientes que los resultados que obtengamos de las futuras elecciones, son únicamente responsabilidad nuestra y de la manera que ese día ejerzamos nuestro derecho universal al sufragio.
Dios nos bendiga e ilumine las decisiones que tomemos y que las mismas sean para nuestro beneficio, de nuestras familias, de nuestro entorno, de nuestra sociedad y por último, de nuestro querido Ecuador.
Que esta futura elección sea el inicio del nuevo cambio que todos esperamos y no sea la continuidad de LO MISMO; honremos y beneficiemos todos delSILENCIO ELECTORAL.