24 noviembre, 2024

Decisiones cambiadas

A veces tomamos ciertos caminos y nos damos cuenta a la mitad o antes quizá que no era el trayecto que queríamos hacer. A veces sucede que nos vamos dando cuenta que «por acá no es». Algo en nuestro interior de alguna manera personal y misteriosa nos anuncia claramente que tal vez es mejor no seguir. Que debemos cambiar el rumbo. Que debemos desistir. Y sería bueno hacerlo. Doblar en alguna esquina para retomar donde estábamos antes o podría ser decidir otro rumbo. Agarrar para otro lado.

Pero es urgente que escuchemos lo que nuestro corazón dice. Solo nosotros, cada uno puede escucharlo.

O al revés, hay momentos que tenemos la convicción de que hemos elegido la ruta perfecta. En contra de cualquier opinión opuesta, en contra de toda lógica incluso, si estamos seguros de ir para ese lado, pues vayamos.

Algo así me sucedió en este tiempo. Tuve las dos encrucijadas. Por un lado, una decisión que tomé, en principio me pareció bien. Lo hice con total tranquilidad apostando a que era la correcta. A medida que iba avanzando algo adentro mío «me hacía ruido». Continué un trecho más solo para comprobar que seguía sintiendo lo mismo. Debía cambiar el rumbo. O al menos detenerme, no seguir. Quizá en esta ocasión solo con eso bastaba. Y así lo hice. Me detuve.

Por lo contrario, al tiempo tomé otra decisión sobre un trayecto a seguir. Aunque tenía mis temores, aunque había varios factores que me generaban incertidumbre, aunque algunas opiniones ajenas me hacían dudar, en mi interior sentía que el camino era correcto. Que «era por ahí». Que estaba bien. Y así lo hice. Avancé. Y a medida que caminaba por ese sendero, se afianzaba mi sentir. Cada vez estaba más segura. 

Trayectos que la vida nos ofrece. Rutas que debemos tomar. Estar atentos a nuestro corazón que no solo es nuestro, es donde habita Dios. Y siempre, siempre tiene razón.



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3 comentarios

  1. Así es Analía! Se hace el camino al andar! Con sus dudas e incertidumbre, con sus certezas y convicciones. Que bueno es tener sensibilidad bosta escuchar esa voz interior , no? Abrazo grande!!!

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