Por José Fernando Gómez Rosales
Cinco hermanos queridos, hicieron este hogar,
cinco hermanos, que juntos, aprendieron a amar.
Cinco hermanos unidos en la fe y el amor
cinco hermanos en uno, también en el dolor.
Los hermanos crecieron y extendieron su rama
formando cinco hogares, siendo el amor su llama.
Cinco hogares felices donde ha reinado Dios,
donde el amor ha unido para siempre a los dos.
Cinco hogares con frutos de sólo lo mejor,
que han dado ya las muestras de su estirpe y valor.
Y hoy que falta uno de ellos… horrible desazón,
cuatro almas que sollozan con roto corazón
Lindo escrito y triste también. No imagino el dolor y tristeza de perder un hermano.
Me ha traído recuerdos de mi niñez, de tiempos lindos, de hermandad.
En mi familia, éramos cuatro hermanos.
Hasta que un día trajeron a un niño ya mayor que todos. Mi papá lo presento como un hijo de su solteria. Pronto aprendimos a quererlo y con el tiempo sería “ el hijo amado, el hermano querido”. Después, trajo mi abuelita a otro niño! También, sería un hermano más! Entonces, ya éramos seis!
Crecimos juntos y con mucho cariño. El pensar que uno de los seis se vaya, nos partiría el corazón.
Gracias, José Fernando por tu escrito
Abrazos