3 diciembre, 2024

Eran cinco hermanos…

Por José Fernando Gómez Rosales

Cinco hermanos queridos, hicieron este hogar,
cinco hermanos, que juntos, aprendieron a amar.

Cinco hermanos unidos en la fe y el amor
cinco hermanos en uno, también en el dolor.

Los hermanos crecieron y extendieron su rama
formando cinco hogares, siendo el amor su llama.

Cinco hogares felices donde ha reinado Dios,
donde el amor ha unido para siempre a los dos.

Cinco hogares con frutos de sólo lo mejor,
que han dado ya las muestras de su estirpe y valor.

Y hoy que falta uno de ellos… horrible desazón,
cuatro almas que sollozan con roto corazón

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Arturo Borja

Arturo Borja fue otro poeta de la generación decapitada, de Ecuador. Nació en Quito en 1892, décimo tercer hijo del matrimonio de Luis Felipe Borja Pérez, por quien descendía directamente del Papa Alejandro VI, Rodrigo Borgia, por medio de su hijo Juan Borgia y Gandía, II Duque de Borgia, casado con María Enríquez Luna. Su madre fue Doña Carmen Amelia Pérez Chiriboga, prima hermana de su padre.

Un día sufrió una lesión en el ojo derecho, al hincarse con la pluma con la que escribía. En 1907 viajó en busca de tratamiento a París en compañía de su Tío Carlos Pérez Quiñones. En París aprovechó para estudiar literatura. En poco tiempo el contagio de los poetas simbolistas fue total. Baudelaire, Verlaine, Mallarmé, Samain, Rimbaud y otros, influyeron grandemente en su corta obra.

1 comentario

  1. Lindo escrito y triste también. No imagino el dolor y tristeza de perder un hermano.
    Me ha traído recuerdos de mi niñez, de tiempos lindos, de hermandad.
    En mi familia, éramos cuatro hermanos.
    Hasta que un día trajeron a un niño ya mayor que todos. Mi papá lo presento como un hijo de su solteria. Pronto aprendimos a quererlo y con el tiempo sería “ el hijo amado, el hermano querido”. Después, trajo mi abuelita a otro niño! También, sería un hermano más! Entonces, ya éramos seis!
    Crecimos juntos y con mucho cariño. El pensar que uno de los seis se vaya, nos partiría el corazón.
    Gracias, José Fernando por tu escrito
    Abrazos

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