A mi esposa
(En nuestras bodas de perla)
Son seis lustros de amor puro y sincero.
Treinta años de ser tú, mi enamorada;
tú has sido para mi, la única amada,
y sé que soy para tu amor, primero.
Eres tú la mujer que yo más quiero,
porque entraste a mi vida como una hada,
desafiando a la luz de la alborada,
dando paz y alegría a mi sendero.
Nuestro hogar es feliz y nuestros nietos
llenan con su alegría nuestra vida,
todo gracias a ti, mujer querida.
Que si la vida nos impone retos,
dulcificas cualquier momento triste
con los hijos y nietos que me diste.