En mis investigaciones y recorridos del diario vivir, veo con cierta frustración, que el pedir caridad o limosna en los países de primer mundo y en Ecuador se ha vuelto más lucrativo que trabajar como informal o en un trabajo digno
Uno de estos personajes que a diario piden caridad en Quito, afirmaba que en tres horas de mendicidad sacaba más dinero que trabajar por horas en una semana y que el trabajo es para los esclavos
Esta situación para mi es incomprensible e impacta negativamente y a veces y por lastima damos limosna a esas personas que en la jerga se los llaman parásitos sociales
Todos los países populistas incluido el Ecuador y hablo por la ciudad de Quito , cientos de personas nacionales o extranjeros piden limosna en las calles de las ciudades de mayor movilidad en los restaurantes, en los hoteles, en los buses urbanos , en los terminales etc,
En algunos casos haciendo algún extorcionismo para llamar la atención, lavando carros, y mujeres utilizando a niños en brazos piden caridad y es indignante, pero es la realidad.
Y todo tiene su génesis, cuando nuestros gobernantes abrieron las fronteras con el nombre de ciudadanía universal ,crearon una situación dramática que se agrava cuando miles de personas se atreven a cruzar el Darién para llegar al sueño americano a costilla de su propia vida y de su familia, haciéndose explotar de los famosos coyoteros que son otra clase de parásitos sociales.
En Ecuador y en la Región Latina , se observa este fenómeno y los gobiernos no son capaces de formular una política pública para este segmento de la población que se está acostumbrando a vivir de los subsidios, de los programas de asistencia social que son un apoyo temporal o por incapacidad o ancianidad, pero no en una forma de vida permanente que genera ocio y riesgo de más delincuencia
Un país se construye, con estudios de la informalidad, y se progresa con la mayoría de la población capacitada para trabajar, aportando en lo individual y en lo colectivo, sudando el dinero que se quiere gastar y así se debería educar a nuestros hijos no estar esperando la suerte de la lotería o del papa Estado.
Por otro lado, conceptuando el termino, de parásitos sociales, son todas las personas uya vida está organizada de tal forma, que no es capaz de compensar mediante sus servicios lo que consume o toma de los demás y cae dentro de la clasificación de parásitos sociales
Los falsos izquierdistas han utilizado el termino de parásitos sociales, cuando se dirigen hacia las elites de derecha, a la burguesía y si, hay grupos poder que apalancan sus fortunas de origen ilícito en la explotación de los medios de producción que en Ecuador inobservan la Ley de Extinción de Dominio que solo persigue a las personas, pero no a las fortunas de los delincuentes o narcotraficantes y yo los considero otra clase de parásitos sociales
Pero, aunque es un término utilizado por los izquierdistas hacia las elites, vemos en innumerables hechos como muchos izquierdistas que alcanzan poder, terminan siendo igual de parásitos sociales o más, con la justicia social como excusa, convirtiéndose en una casta parasitaria y atornillada, que amasan fortunas sin trabajar, eliminando la meritocracia que motiva el esfuerzo
Existen miles de personas no preparadas que llegan a cargos públicos teniendo acceso a un poder y utilizando en su propio beneficio o en los clásicos lobistas que se apoderan de información privilegiada para invertir en paraísos fiscales
La burocracia en Ecuador y me refiero a las cúpulas es un esquema que reduce y limita las posibilidades de superación personal, se ataca al aparato productivo fuente de empleo, se ataca al sistema educativo fuente de conocimiento, se toma las instituciones del Estado y les vuelven doctrinarias y usan los planes sociales como ganchos para ganar adeptos electoralmente
Definitivamente, sin los valores humanos y éticos que necesita el Ecuador en sus gobernantes, asambleístas, autoridades seccionales, operadores de justicia en especial de mi provincia Imbabura no quisiera verlos y encasillarles como parásitos sociales, pero desgraciadamente así los veo con honrosas excepciones