Ella , Luisa Gonzàlez que había pasado desapercibida en la Asamblea, la de la muerte cruzada, esa asamblea cesada por su inoperancia…Ella que tuvo un bajo perfil y poco desempeño como asambleísta. Jamás imaginó ni en sus mejores días de su niñez, que estaría terciando como candidata a la presidencia del Ecuador. Y todo gracias a él, a su amo y señor.
¿Qué virtudes vio en ella?, se pregunta y repregunta, si habiendo tanta gente en su partido, con mayor trayectoria y protagonismo político que ella, haya sido justo la escogida por él y solo por él, su amado salvador. ¿Por algo será? No es gratuito.
Y cómo decirle qué no, que no está capacitada, que no tiene liderazgo, por último, que no tiene tiempo para gobernar su vida, peor la de otros, que preferiría ser candidata a la vicepresidencia o candidata a nadita de nada. Sin embargo, viniendo de él, no podía negársele, es un alto honor, un privilegios privilegio, un orgulloso orgullo, que su todopoderoso haya reconocido sus méritos. Aunque sabe muy bien que no fue un pedido, fue una orden. Y lo que ordena él se hace porque se hace. Y punto.
Su amado protector, ya aprendió la lección de que no pueden rodearse con Judas, con traidores, con traicioneros. Solo así se entiende por qué y para qué fue ella escogida. No importa si no tuviera honestidad intelectual, moral, inteligencia emocional. Eso es lo de menos.
Ya hubieran deseado otras féminas de su partido político ser alguna de ellas, la escogida, la salvadora del salvador, porque si ella está como candidata y de ser la nueva Presidente del Ecuador, le corresponde ante todo salvarlo a él, apoderarse de nuevo de la injusticia, que revisen los juicios de él y de su banda y así con sus leguleyadas evitar a que vaya a la carcelera cárcel su máximo redentor. Ese es el verdadero propósito de la candidata, que regrese su amado patrón como héroe, como mártir, como el santo inmaculado, como el falso salvador de la madre patria.
Ya estando de nuevo en el poder, es más fácil, si ahora que no están en el poder obligaron a que Lasso adelante nuevas elecciones, lo hicieran porque tuvieron mayoría en la Asamblea, y a su manera boicotearon las iniciativas de la ineptitud de Lasso. Además, tienen incondicionales que se deben a él, al hombre del ático con todas sus mañosas mañoserías.
Ni siquiera hubo alguna terna de otros posibles candidatos. Y si la hubo ya sabía la borregada quién era la seleccionada, la favorecida, la candidata escogida por él, y únicamente por él. Tampoco hubo elecciones internas, en el que participen otros candidatos del partido, como lo determina el Código de la Democracia. Él fue quien organizó y decidió su propia elección interna, la de ella y únicamente ella. Y el Consejo Nacional Electoral como siempre guarda un silencio de sepulcral sepulcro. Y a esa falaz falacia llaman democracia interna.
A él no le conviene que sea una persona que cuestione, que tenga discernimiento, pensamiento propio, peor voz propia. Tal vez, por eso, ella fue la escogida por él y solamente por él. Y esto se refleja en las intervenciones que la candidata participa en los medios de comunicación y sobre todo en el debate del domingo 13 de agosto del año 2023, quien con libreto prefabricado desnudó sus carencias de liderazgo. Y los electores saben muy bien que si votan no es por ella, sino por él. Y eso lo conoce también la candidata. Y así lo ha dicho que tendrá como asesor a su eterno presidente.
Ella prestó su nombre para salvarlo a su salvador. Si gana ella la presidencia, no tendrá capacidad de decisión, porque está bajo la sombra de él. Aunque a ella, eso poco o nada le importa. La tiene sin cuidado. A la candidata lo que en verdad le interesa es la leal lealtad hacia él, para que venga a cobrar venganza como lo ha dicho a través de redes sociales. Y él si lo hace porque lo hace. A ella le importa también cumplir la agenda de él, la de la impune impunidad. Para ella, el país es él y nada más que él. Él es su dignidad y nadie más.
La candidata afirma que por su condición de mujer la atacan, revictimizándose más de la cuenta. Lo hace para que le tengan lastimera lástima. Ahora son otros tiempos, que debería ya superarlo.
Sus imprecisiones, sus incoherencias en sus discursos también la delatan. Que nació en Chone cuando en realidad nació en Quito. Que odia a la derecha, sin embargo, participó como legisladora alterna en la Asamblea Constituyente de Montecristi, por el partido socialcristiano. Y que si lo hizo fue porque antes no había nacido la revolución ciudadana. Entonces, lo más sensato es que debía ser militante de un partido de izquierda y no de derecha, ¿verdad? Así juega a su mejor conveniencia, como lo hacen también los politiqueros que se enjuagan la boca con el festín demagógico de sus propuestas.
El viernes 8 de septiembre en un programa radial donde la candidata fue entrevistada dijo que: «Los venezolanos están corriendo de Ecuador, tienen terror a Ecuador, se están yendo a Venezuela. ¿Sabe por qué? Porque Venezuela tiene mejores condiciones de vida que Ecuador, ahora». Nunca precisó que se refería a la inseguridad. Lo dijo de forma general para darle la estocada final al paupérrimo e inepto desgobierno de Lasso. Sin embargo, estas declaraciones la embarraron aún más. Ella mismo se apuñaló, se desangró más y más, porque su fanático fanatismo le impide ser autocrítica con la triste realidad que padecen nuestros hermanos venezolanos. Le cuesta reconocerlo. Y esto es grave, siempre vivirá sometida bajo sus demonios ideológicos que le impiden ser ella misma, y no será libre, como lo está haciendo ahora, porque si ella hubiera participado por otro partido político, no hubiera llegado ni que su sombra la reconozca.
Lo cierto es que la realidad demuestra que los venezolanos están abandonado su país, arriesgando su vida en la temible selva de Darién, en Panamá, para buscar la felicidad al imperio del Norte, donde su primer enemigo, donde justo ahí viven ahora algunos ex funcionarios del correísmo que en su tiempo odiaban al capitalismo seco, puro y duro, quienes estarían disfrutando de las mieles de la corrupta corrupción. La pregunta es si están muy bien los países socialistas, lo más coherente es que los venezolanos, colombianos, ecuatorianos… viajen a Cuba, a Nicaragua, a China, a Rusia, o hasta la misma Corea del Norte, porque esa es la ideología salvadora, mesiánica a la que ella pertenece, representa, por conveniencia, apariencia o por lo que fuere.
El ingenioso ingenio de los ecuatorianos se hizo presente, aparecieron casi en seguida memes con un borrego con una maleta indicando que viajaba a Venezuela porque estaba mejor que Ecuador. No faltó otro meme en donde el aeropuerto de Guayaquil estaba colapsado por la muchedumbre que abandonaba Ecuador para vivir en el paraíso terrenal, en la tierra venezolana. Hubo otro meme en donde constaba la figura de su candidato a la vicepresidencia y de ella huyendo del país para vivir en Venezuela. Y así, otros tantos y tantos memes que a su manera la desacreditaron… Sumado a esto aparecieron videos en donde venezolanos que viven en Ecuador la desmintieron indicando que si ellos habían huido de su amada Venezuela era porque resultó ser un infierno, un engaño, un retroceso, una mentirosa mentira el cacareado, destartalado socialismo del siglo XXI.
Existe un video en uno de sus recorridos por el país, concretamente, en el centro comercial de Loja. Una humilde señora desea conversar con la candidata y ella mueve los brazos, las manos, molesta, y se escucha que le dice a la señora que no la toque. Difícil de esa forma que conecte con la gente, que dice representarla, amarla. Es así como maltrata a la gente que desea saludarla, contarle sus problemas.
No podemos olvidar que antes que candidata es una persona. Pero para esta contienda electoral debe tener su inteligencia emocional controlada. Será que tal vez sigue la misma línea de su patrón, de su redentor, la del autoritarismo, de la intolerante intolerancia. O es parte también de su verdadera esencia.
Lo que sí es contundente que los candidatos para cualquier elección popular cambian su personalidad. Se transforman en otras personas, irreconocibles hasta por ellos mismos y hasta por sus sombras. Todo es una estrategia de marketing para captar votos. Todo es una farsante falsa, repleta de hipócrita hipocresía, de sonrisas apolilladas, fingidas… Y la candidata no es la excepción.
Hay bastante gente valiosa en el partido del mandamás, pero ninguna reúne las condiciones de ella, que sea leal no a sus principios, peor al país, sino leal a él y solo a él. Lo otro, lo del país es solo un pretexto más, una pantomima más, una pendejada más, un engaño más, para seguir engañando a los incautos, a los borregos y borregas, que ahora ya no es un insulto, una humillación sino un halagador halago llamarlos así. Y lo han aceptado sin incomodarse, sin protestar, sin rebelarse.
La mejor carta de presentación de la candidata es que debe ser leal o mejor dicho sumisa a su todopoderoso. Ya ocurrió alguna vez cuando su dios imperfecto fue Presidente y algunas asambleístas de su movimiento político fueron sancionadas por rebelarse ante su palabra. Y no faltó alguna otra desubicada que con orgulloso orgullo dijo que sí, era sumisa y a mucha honra. Ellas fueron obligadas a silenciarse. Será eso que le espera a la candidata si gana las elecciones presidenciales, autosilenciarse. Porque si ella tiene criterio propio en beneficio del país, que no es precisamente hacer o deshacer lo que le dicte su mandamás, si no lo hace así, seguro será llamada traicionera, traidora, como ocurrió con su ex vicepresidente Moreno.
Confunde lealtad con sumisión. La lealtad no debe ser entendida como el adulador adulo mezquino a personas como si fueran santos de su devoción. La primera lealtad es hacia uno mismo, hacia nuestros principios, a nuestros valores. Si esa lealtad no funciona así. Entonces, no podemos prestarnos a ser leales hacia otras personas que no comulgan con nuestra forma de pensar y ante todo de actuar ética y positivamente en la vida.
La lealtad debe ser como nuestra conciencia que le permita decir a sus amigos los errores y hasta horrores que han cometido. Y se lo dice como la mejor forma de mejorar, de corregir nuestros errores. Y esto le habrá dicho alguna vez la candidata a su caudillo, al amo y dueño de su vida. Porque él le pertenece, ella es de su absoluta y entera propiedad.
La sumisión es carecer por completo de autoestima personal, de autonomía propia. Es despersonalizarse, es entregarse por completo ante cualquier maligno, embarrarse en la hediondez del fango, de la alcantarilla, para salvarlo a él y solo a él. Es como una adolescente quinceañera enamorada por primera vez, hasta que despierta del encantado encanto, del príncipe embustero y que la utiliza para sus perversos y bajos instintos. A eso se expone la candidata, y aún, sabiéndolo lo hace y no es obligada, más bien, lo disfruta, porque le gusta tal vez ser sumisa, sometida, discriminada, convirtiéndose en una marioneta humana, sin criterio propio, sin decisión propia, sin su propio brillo, sin su propia luz. Y esto es grave para la candidata o para cualquier persona que desee liderar su propia vida y aún es gravísimo si pretende gobernar el país, no siendo ella, sino el pensamiento de otro, la voz de otro, la sombra de otro, la de su amado salvador.
Ella no es la protagonista determinante. El verdadero candidato es él, su todopoderoso de la vida, de su vida. Si la candidata gana la presidencia será diluida, adormecida, eclipsada por el verdadero candidato que es él, su ídolo de formol.
Fuente : Diego Alejandro Gallegos Rojas