La campaña presidencial 2023 llegó a su fin, con los candidatos más preocupados por la forma que del fondo.
Con déficit de $ 5.000 millones y deuda de $ 81.000 millones prometen el oro y el moro sin decir cómo ejecutarán sus promesas. Solo se les ocurre más gasto, más deuda o simplemente prometer por prometer.
El Debate 2023 en Ecuador fue de calidad pobre, al punto que los defensores de Daniel Noboa Azín lo trataron de «cojudo» e intentaron convencer a los ciudadanos que serlo es bueno, que antes votaron por un «pendejo» y ahora hay que votar por un «cojudo» con tal que no vuelva el cuco, infundiendo odio y miedo.
En política se debe evolucionar, ir hacia adelante, pero con las elecciones en 2023 nos hemos estancado y hasta retrocedido. Guillermo Lasso significó 2 1/2 años de caos e incertidumbre y Daniel Noboa y Luisa González proponen más incertidumbre con la Consulta Popular o la Asamblea Constituyente, que tienen que ver más con agendas personales y de agrupaciones políticas que con las soluciones urgentes necesarias para el desarrollo de nuestro país en 1 año y 1/2 de gobierno que queda, además de estar en contradicción con sus propuestas de creación de empleo.
Las campañas se concentraron en acusarse unos a otros de los males de Ecuador, aunque sabemos que unos y otros tienen responsabilidad en la debacle nacional. Con respecto a los asesinatos, quedaron en acusaciones que seguramente no conducirán a nada luego de las elecciones.
Fastidia escuchar a personas sin argumentos llamarse unos a otros con calificativos despectivos como «burro» y «borrego» o «lassie» y «correista» si la opinión de uno no concuerda con la de otro. Con el creciente número de asesinatos, debemos preocuparnos por la unidad contra la delincuencia.
Fuerzas obscuras trastocaron la voluntad popular asesinando al candidato presidencial Fernando Villavicencio en la primera vuelta y quisieron hacerlo también en la segunda vuelta asesinando a 7 presos cuyos testimonios habrían sido importantes para el descubrimiento de los criminales desde las sombras. Es obvio que esto es un tema político y se está haciendo costumbre en Ecuador si recordamos el asesinato de Efraín Ruales en 2021, días antes de las elecciones.
Daniel Noboa y Luisa González debieron hacer un esfuerzo mayor para ganarse los votos de los ciudadanos por sus propuestas y capacidades, antes que intentar mostrar las deficiencias del rival con lo que mostraban sus propias deficiencias y dar rienda suelta al populismo de derecha y de izquierda por TikTok y en la tarima.
Debieron manifestarse sobre las reformas al sistema electoral, del CNE, Ley Electoral, Ley de Partidos Políticos y no haberlo hecho significa que están contentos con este sistema repudiado por 96% de ecuatorianos que no cree en los resultados del CNE.
Pero lo peor fue que con el cuento del «pendejo» al «cojudo», nos hayan querido ver la cara de boludos.
La campaña presidencial terminó, pero ni se ha sentido porque no hay por parte de los candidatos presenciales una real propuesta de sacar al país de las crisis, no se los ve comprometidos con las necesidades urgentes del país, no se nota un respeto y consideración hacia los ciudadanos. Lo que se ha visto es el derroche financiero en las campañas publicitarias que adornan todo el país, acusaciones, bailes y tik tok. Es todo este circo campaña electoral?
Lamentablemente la política en decadencia. Triste ver al país como se desangra y nadie hace nada, excepto maquinar como robar!!!
Gracias Carlos Sagnay por tu mensaje, siempre objetivo e imparcial.
Ing. Excelente Análisis. Nuestro País inmerso en el caos y muy lejos del desarrollo y progreso.
Los epítetos enumerados por usted, encajan perfectamente en el ungido presidente. La ayuda descarada que le brindaron los canales de siempre, Ecuavisa y Teleamazonas, le pusieron miel a un pastel de no tiene condumio (inteligencia y capacidad). Pasaron por alto los disparates de la desvariada vicepresidente Abad, que ofreció que la educación debe ser solo privada, que no debe existir la salud financiada por el Estado, y también la desaparición del IESS; que no hay que pagar impuestos al Estado. Todo esto en una democracia normal, hubiese sido la causa suficiente para que nadie vote por ellos. Además, no se difundió a los votantes el listado del SRI respecto a que la lista de los grandes morosos del Estado lo encabeza la empresa del señor Noboa con 88 millones de deuda. Caímos de un macanudo mentiroso e inútil a otro que no tiene ni la figura ni los conocimientos que nos den confianza en el futuro.