En el artículo anterior exploramos lo que, a mi parecer, es uno de los casos de mayor éxito en cuanto a iniciativas de responsabilidad social empresarial por parte de una corporación de América latina. El caso de las empresas de Marisa Lazo llamó mi atención, lo que hizo que me encuentre también con la fundación que ella preside. Se trata de “Fundación Marisa”, la misma que se ha convertido en un pilar fundamental para el bienestar de la sociedad mexicana, ya que, a través de su incansable trabajo, ha conseguido un impacto positivo que trasciende fronteras por lo que hoy escribo lo que, de manera general, me llamó la atención sobre este proyecto social.
Uno de los principales pilares de la “”Fundación Marisa” es la educación. Con un enfoque en comunidades marginadas, la fundación ha establecido programas educativos que han permitido que miles de jóvenes mexicanos accedan a una educación de calidad. Desde la iniciativa privada, con donaciones de empresas y empresarios, estos programas han sido un éxito al resultar, en algunas ocasiones, más efectivos que proyectos estatales. Marisa Lazo, su presidenta, entiende que la educación es la clave para romper el ciclo de pobreza y desigualdad, y su fundación trabaja duro para garantizar que ningún niño se quede atrás.
La “Fundación Marisa” también ha jugado un papel esencial en la promoción de la salud y el bienestar en México. Han implementado el servicio de clínicas móviles para suplir necesidades médicas en barrios in-atendidos, campañas de concientización y proyectos de investigación de enfermedades de la región y brindando ayuda en el área de la salud mental de manera exitosa. Con estas y más iniciativas, la fundación se ha dedicado a mejorar la calidad de vida de las comunidades más vulnerables, lo que ha tenido un impacto directo en la reducción de enfermedades prevenibles tanto físicas como psicológicas y la promoción de hábitos de vida más saludables.
Uno de mis temas favoritos es el empoderamiento de las mujeres que promueven desde la fundación, destacando la igualdad de género. La fundación ha liderado proyectos para empoderar a las mujeres mexicanas, ofreciendo capacitación, apoyo legal y recursos para que puedan alcanzar su máximo potencial desde diferentes áreas, tanto económicos, personales como sociales. Este enfoque no sólo beneficia a las mujeres, sino que también al desarrollo integral del núcleo familiar y por lo tanto, contribuye al crecimiento económico y la estabilidad social de México.
En conclusión, la “Fundación Marisa”, ha demostrado ser una fuerza de cambio positivo en México. Su compromiso con la educación, la salud, el empoderamiento de las mujeres y otros programas han dejado un legado de impacto duradero que seguirá beneficiando a las futuras generaciones. Esta fundación y las empresas lideradas por Marisa Lazo, son un ejemplo inspirador de cómo la responsabilidad social empresarial de una corporación, puede trabajar en conjunto con una fundación para sumar fuerzas, recursos e iniciativas y generar un real impacto positivo, marcando una diferencia en la sociedad y formando un precedente para las demás empresas y fundaciones de América latina.