Si el culito de rana tuviese efectos terapéuticos, la profesión médica quedaría reducida al mínimo común múltiplo y las granjas de ranas habrían desplazado a las camaroneras.
El culito de rana, donde si usted no sana hoy sanará mañana, ha dejado de ser un activo familiar, culturalmente en desuso, pues las nuevas generaciones ya no lo prescriben.
Ahora ha sido reemplazado por los exámenes de laboratorio.
Los médicos de antes nos examinaban, nos amagaban haciéndonos considerar importantes, nos tomaban la presión, les sacábamos la lengua, oían con el estetoscopio nuestros pulmones, nos aplastaban la barriga, hurgaban en nuestro organismo, etc., finalmente precisaban nuestras dolencias con un alto porcentaje de certeza. Solo si era estrictamente necesario y casi en articulo mortis, por prudencia para corroborar su diagnóstico ordenaban un examen de sangre, entonces sacaban su propio formulario y teníamos la libertad de ir a un laboratorio de nuestra confianza, donde nos trataban como persona y no como números.
Hoy en día, cuando usted va al médico, a la mayoría no le interesa examinarlo, el facultativo sin auscultarlo, revisará sus datos y hoja clínica, le hará preguntas inoficiosas, fruncirá el ceño, pondrá pose de científico sorprendido, se inclinará a un lado como para liberar un gas que lo sofoca y a renglón seguido sacará una sábana de tres plazas con el membrete de un laboratorio conocido que ha monopolizado el servicio. En este formulario marcará con mucho entusiasmo, una variedad de exámenes hasta que se le agote el bolígrafo.
Por lo general usted no necesitaba estos exámenes, pero el médico si necesitaba el premio pactado por enviar gente ingenua y confiada a que le saquen sangre.
Si se le ocurre ir a un laboratorio de su confianza para que le hagan el examen, distinto al del formulario, los médicos le dirán que ese laboratorio no es confiable.
Los formularios que regala la comisionista tienen un código numérico para identificar al beneficiario. Lo relatado no es una novedad, se comenta a todo nivel, pero nadie hace algo para detener este mercantilismo malsano, un monopolio dañino. Algunos profesionales de la salud han sido corrompidos por el poderoso caballero…que es don dinero.
La Cámara de Comercio de Guayaquil, en sesión de directorio celebrada el martes de la semana pasada, resolvió solicitar al gobierno incluya esta actividad como comercial.
Me honro en tener entre mis mejores y frecuentados amigos a médicos íntegros e insobornables, extraordinarios profesionales que han sido visitados por vendedores de esta empresa, ofreciéndoles un porcentaje de comisión por cada examen de laboratorio enviado. Fueron debidamente enviados donde se merecen, ignorándose hasta la fecha si ya llegaron a su destino final.
Por supuesto que hay muchísimas más excepciones que confirman la regla que como todos sabemos viene en 28 días.