Los bajos sueldos que perciben los ecuatorianos, agravados por una delincuencia imparable y la falta de trabajo son unas de las principales causas para que muchos ecuatorianos quieran viajar al exterior, entre estas personas se encuentran incluidos una gran cantidad de profesionales jóvenes que buscan mejores posibilidades de empleo.
Llama poderosamente la atención que entre las personas que quieren salir del país aparecen médicos, odontólogos, periodistas, maestros, artistas, abogados, economistas entre otros. Es decir, que se trata de elementos calificados que han estudiado en nuestras universidades y que se quieren marchar del Ecuador por la inseguridad que existe y la falta de oportunidades de empleo. Por lo tanto, se trata de personas calificadas con estudios que abandonan el país.
Esta migración le cuesta muy caro al Ecuador, que ha invertido fuertes sumas de dinero en su formación.
¿Qué puede hacer el nuevo gobierno para detener este verdadero desangre que nos azota? Simplemente, darles a los ecuatorianos oportunidades honestas de trabajo y garantizar su seguridad. Lamentablemente, los últimos gobiernos no se han preocupado en solucionar, o por lo menos atenuar este grave problema, haciendo proclamas adornadas con palabras grandilocuentes y poco efectivas.
Por supuesto, si peleamos menos y trabajamos más la situación económica del país se mejorará, así como la necesidad de darle seguridad a la población, deteniéndose la “Fuga de cerebros” que cada día crece más.