La Paz

Es un bien invalorable, como la libertad y la vida misma. Se la aprecia en su justa medida, solo cuando la perdemos, cuando ladejamos de gozar. Es lo que hoy ocurre en nuestro país, que por mucho tiempo fue considerado una «Isla de Paz», en medio de países vecinos, sumidos en enfrentamientos fratricidas, violencia y terrorismo.

Dios nos creó libres, con inteligencia y capacidad de decidir, para ser felices y hacer felices a quienes nos rodean. La Paz es un don, una virtud, una condición, una decisión; nuestra obligación es contribuir siempre a ella, coadyuvar a que se produzca alrededor nuestro, creando las condiciones para vivir en armonía con los demás.

Jesús de Nazareth, resumió nuestra fe en dos mandamientos centrales; el amor a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos, incluyendo a quienes nos hacen mal. Debemos perdonarlos, amarlos y hacerles el bien. San Juan Pablo I, una vez repuesto de sus heridas, luego del atentado mortal contra él, visitó en la cárcel a su agresor y lo perdonó de corazón.

Benito Juárez, prócer y presidente de México definió La Paz inmejorablemente, «es el respeto al derecho ajeno». Si todos entendiéramos mejor ese concepto, no sería tan difícil vivir en paz. Si el presidente Putin respetara el derecho de los ucranianos a su propia autodeterminación, el mundo no estuviera abocado al inicio d e una nueva guerra mundial, de imprevisibles consecuencias.

Los japoneses después de su rendición en la Segunda Guerra Mundial, expresaron su arrepentimiento, renunciaron a la guerra y resolvieron convertirse en una nación pacífica, no tener fuerzas armadas, nunca ser autores de una nueva agresión. Por el contrario, donaron a la ONU la primera campana de La Paz, símbolo de este bien, que repica cada 21 de septiembre en New York y en todas las campanas similares, alrededor del mundo. Arabes yjudíos, están obligados a ser tolerantes de sus creencias v a vivir en paz como hermanos, compartiendo el mismo territorio. Si ambos pueblos pudieran complementarse, podrían ser una verdadera potencia en Medio Oriente, con la tecnología, el conocimiento, la innovación, los capitales y la mano de obra de tanta gente que hoy vive en la pobreza y la marginación; podrían alimentar a Europa y Asia, compartir todos los beneficios de la modernidad.

Nuestro país es afortunado, de tener una campana de La Paz, en un bello templete construido por iniciativa de los rotarios, en el Parque La Carolina de Quito, 25 años atrás. La idea es recordar siempre, el inmenso valor de hacer, promover y lograr La Paz. Es uno de los objetivos principales deRotary, «la comprensión, la buena voluntad, la paz entre las naciones, unido al ideal del servicio a los demás*

Rotary otorga anualmente 120 becas de estudios de postgrado, en reconocidos centros universitarios, para formar profesionales que se conviertan en mediadores efectivos para resolver conflictos y lograr en la práctica, que exista Paz entre los pueblos y comunidades del mundo entero. 

La Campana de la Paz de Quito es idéntica a la que existe en el Japón, la ONU y 21 ciudades más; se encuentra ubicada en el sur oriente del parque La Carolina y fue construida con aportes de los rotarios y donada al Municipio de Quito. Cada año, en dos ocasiones, se repite la ceremonia para celebrar y conmemorar La Paz, en el aniversario de Rotary y en el día mundial de La Paz.

Ojalá se pudiera multiplicar esta experiencia en muchas otras ciudades, logrando se construyan más campanas, para que hagamos de La Paz, un culto permanente a esta virtud. Que todos contribuyamos con nuestra actitud y manera de vivir, cultivar y mantener La Paz, como un ideal permanente por siempre alcanza