Aquí me encuentro,
después que se cayó al piso el florero verde que supo regalarme mi abuela Pirula,
tratando de armar todas sus partes.
Así pasa cuando siento angustia,
cuando las cosas incomodan, los momentos se vuelven infinitos.
Así trato que
todo refugio
sirva para acomodar mis piezas,
y sentirme a gusto y feliz,
aún cuando esté triste.