21 noviembre, 2024

La dignidad del ser

Comencemos diciendo que mis opiniones están deliberadamente sesgadas. Yo soy católica y hablo desde lo que sé. El Catecismo de la Iglesia Católica dice que el hombre ha sido creado para amar, conocer y servir a Dios. Ese es su fin último. La vida terrena es un simple tránsito, esta no es la casa eterna, el hogar definitivo es el cielo y a través de nuestra vida y obras podemos merecerlo. El objetivo en la tierra no es ser felices ni disfrutar, si en el camino se logra eso, qué bien, pero si no se lo alcanza, no hay drama.

Todas las razones dadas a la eutanasia, así como al aborto y a los problemas de identidad sexual que tienen hoy los jóvenes son principalmente emotivas. El “yo me siento, yo creo” se ha convertido en una ley irrefutable pero no es un razonamiento serio. Cristo no se deshizo de su cruz, aunque muy bien pudo haberlo hecho, la aceptó y nos enseñó a aceptarla. Aunque creemos efectivamente que Jesús es la segunda persona de la Trinidad, en nuestro escaso razonamiento no comprendemos el significado inmenso de que siendo Dios haya permitido tanto mal en sus propia humanidad, y así mismo le reclamamos a Dios cuando algo en nuestra sociedad no anda como quisiéramos.

Aunque nuestra mascota más querida también puede experimentar el sufrimiento, solo el ser humano tiene conciencia del mismo y puede preguntarse el por qué a mí pero más todavía, puede preguntarse el por qué no a mí. Este mundo es un continuo aprendizaje y a veces debemos aprender a tener paciencia cuando cuidamos un enfermo en casa que nos demanda tiempo; en ocasiones es aprender a doblegar la soberbia porque la persona indispuesta se cree todopoderosa y al verse limitada tiene la necesidad de alguien que lo atienda; en muchas otras es un examen de conciencia general para ver cómo reaccionamos como sociedad ante un incidente que podría ocurrirle a cualquiera.

La falta de dignidad de la persona no se da por una raza específica, nacionalidad o una incapacidad física o mental, peor aún por un sufrimiento que reduce la movilidad o incluso el desarrollo cerebral. La dignidad humana se define simplemente porque somos hijos amadísimos de Dios Padre, pensados desde la eternidad en su Amor, y no nos compete a nosotros saber nuestra fecha de caducidad, aunque todos tengamos una. Si creemos en una realidad escatológica (futura) como lo enseña la Iglesia Católica, creemos en un infierno, un purgatorio y un paraíso, y algunos santos han expresado que es mejor redimir nuestros pecados en la tierra que después, y en el sufrimiento es donde uno más se santifica.

Al terminar un año siempre se evalúan los hechos. Se cuentan las bendiciones y se aprende de los desaciertos, y al faltar pocos días para el cierre del 2023, debemos reconocer que a pesar de los sufrimientos la vida es hermosa y vale la pena ser vivida a plenitud.



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