27 enero, 2025

Necesitamos Agentes de Cambio.

El próximo año cambiaremos… Es una frase que, en nuestras organizaciones, comunidades y hasta en los hogares, se vuelve más frecuente al finalizar cada año. Sin embargo, uno de los aspectos que me llama la atención es que hay temas que son recurrentes y año tras año se traducen en buenas intenciones, pero pocas acciones.

Los cambios habitualmente no ocurren por generación espontánea, ni tampoco suelen ser tan naturales, por eso no se han realizado anteriormente, ellos requieren de un proceso complejo y que demanda mucha energía o recursos.

Siendo algo tan importante y necesario para la época actual, pocos somos las personas que nos entrenamos buscando herramientas para apoyarnos en ser efectivos en este desafío.

Una de las claves que, en mi caso, me ha funcionado bien, es detectar de inicio quién o quienes asumirán el Rol de Agente de Cambio, en este proceso. Estas personas se distinguen en sus competencias naturales por ser proactivos y dispuestos a marcar diferencias positivas fruto de sus acciones cotidianas. Con ellos hay que acordar en instancias tempranas un genuino compromiso con el cambio deseado. Hay que asegurarse que quieran participar y puedan (estén en condiciones) hacerlo, además de que tengan muy claros los beneficios que reportará el resultado del cambio. Esto último será la energía que deberán utilizar para afrontar las múltiples dificultades e incertidumbres que se encontrarán en el camino. 

Estos Agentes de Cambio, suelen ser curiosos, críticos, autoexigentes y con habilidades superiores al promedio de las personas. Con ellos, me suele ocurrir que hay que destinar un esfuerzo extraordinario o apoyo adicional, para potenciar o corregir su estilo y característica de la comunicación, ya que, si bien están muy motivados y pueden tener destrezas extraordinarias, el cambio final buscado ocurrirá y afectará a las demás personas directa o indirectamente involucradas. 

Por otra parte, es muy importante verificar que las creencias que tienen estas personas, estén muy alineadas con la Cultura Organizacional buscada, ya que ellos a poco andar desarrollarán un efecto importante de liderazgo inspirador entre las personas involucradas en el cambio, y estos últimos más allá de las indicaciones que reciban, observarán el comportamiento de estos Agentes de Cambio, que dicen, cómo lo dicen y en cierta forma hasta cómo piensan y actúan en sus actividades habituales.

Mi recomendación es que se busque armar, explícita o implícitamente, un equipo de Agentes de Cambio, ya que además de disminuir el efecto dependencia del liderazgo impulsor del proceso, se produce un efecto multiplicador entre ellos, a veces hasta competitivo, y facilita el abordaje a las situaciones emergentes que se producen.

Un último comentario en este aspecto, es que las habilidades requeridas para ser Agente de Cambio, son perfectibles o desarrollables, de allí la conveniencia de realizar diagnósticos técnicos al estado de estas competencias laborales específicas previo a conformar estos equipos. Con este resultado se puede lograr equipos más equilibrados e incluso se pueden complementar con entrenamientos para fortalecer las debilidades detectadas.

Esperemos que este nuevo año 2024, se caracterice por cambios efectivos realizados, más que por planes y presupuestos que se logren parcialmente.



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