¿Si existen 11 meses antes de diciembre porque decidimos realizar todo el mes 12? Sobreexigirnos en estas épocas de fiestas es uno de los errores más comunes que cometemos. Claramente lo hacemos porque lo aprendimos y lo replicamos.
El 24 de junio de 1947 el piloto privado Kenneth Arnold aseguró haber visto 9 objetos inusuales volando. Arnold llegó a pensar que era una tecnología innovadora de los Estados Unidos, como aviones de propulsión a chorros. El piloto dio un informe donde decía que estos objetos volaban de forma rara, que tenían una luz especial y que parecían platillos voladores. A raíz de ese suceso cada vez que alguien asegura ver algún avistamiento, se le da la imagen de platillo volador.
En nuestro ADN está instalado el copiar, repetir y replicar. Es parte de ser humanos, sin embargo, la psicología actual propone un término que es fascinante DESAPRENDER. Desaprender nos ayuda a entender que somos seres libres y que tenemos la capacidad de elegir. También nos sitúa en un espacio donde es totalmente válido estar en constate cambio.
Replanteémonos en esta navidad, ¿qué es eso que nos estamos imponiendo y que no nos pertenece? Tal vez sea dar un regalo costoso algún familiar pensando que así nos va a valorar. O quizás, asistir a todas las reuniones “para no quedar mal”, obligar a nuestros hijos a que sientan algún tipo de cariño por un pariente lejano que no ven nunca, y no podemos dejar de mencionar, la dieta estricta que hacemos 4 días antes para entrar en el vestido de fin de año.
Exigirnos demasiado nos da estrés, inseguridad, preocupaciones. Ninguna de estas creencias nos pertenece, soltémoslas. Es momento de desprendernos de esas creencias limitantes.
Porque ser fiel a uno mismo es gratificante.
Maravilloso.
Necesario.
