Me han amenazado… Que Dios nos proteja…

Desde el 24 de mayo de 1822, patriótica fecha en la cual fuimos fundados como Republica; libérrima, soberana, de paz, de trabajo y de honor, jamás habíamos sido estremecidos y vulnerados por graves actos reñidos con la corrupción y la influencia perversa del crimen organizado y del narcotráfico. Jamás…

Hemos sido parte de una historia con altibajos, tal cual sucede en otros países del planeta; esto es en materia económica y política. Hemos sido afectados en nuestra geografía con devastadores terremotos e incendios, hemos sido traicionados por ciertos vecinos, en su ambición por extender mas sus fronteras, pero por sobre todo, hemos sido bendecidos por ese misericordioso Creador, al dotarnos de manera totalmente privilegiada como un país de incalculable riqueza económica y cultural, pero jamás habíamos sido mancillados por actos como los que ahora nos ocupa, a través de los cuales nos han convertido en uno de los países más violentos y peligrosos de la región.

Tal necrosis, de incalculables consecuencias  y de potencial peligro para nuestros hijos y nuestros nietos, ha venido penetrando los espacios de poder mas delicados y sensibles de nuestro sistema jurídico, al extremo que; según lo expuesto por la señora Fiscal General del Estado, Diana Salazar Méndez, dichas estructuras han sido tomadas por la delincuencia organizada y el nefasto narcotráfico; execrables delitos que han sido organizados, coordinados y ejecutados, nada mas ni nada menos, por el presidente del Consejo de la Judicatura, el multifacético Wilman Terán, así como por Jueces, fiscales, políticos, miembros de la elite y de la tropa policial, guías penitenciaros, abogados, etc, etc. En este punto me pregunto: ¿Quién entonces fungió realmente como “EL PATRON”, Norero o Terán…?

Según lo hasta aquí relatado por la Fiscal General del Estado, todos aquellos personajes; a cambio de recibir grandes sumas de dinero y otros bienes materiales,  se entregaron de cuerpo y alma a la putrefacción moral de los capos de la droga y el sicariato, arreglándoles favorablemente procesos penales, protegiéndolos a estos criminales dentro y fuera de prisión; incluidos sus familiares mientras, claro…!!!! , se castiga sin piedad y con el “máximo rigor de la ley” a quienes roban un pan….Además, que ser honesto en este país, resulta ser un potencial pendejo.

A propósito de aquello, estas conductas me trasladan al hecho de ratificar que Víctor Hugo, desbordando la problemática de tamaña injusticia social en la milenaria Francia de la época, no se equivocó con el contenido de su emblemática obra literaria “Los Miserables”.

El grave daño ya está hecho, las duras y sesudas jornadas para restablecer el sistema judicial de nuestro país, debe ser inminente, y de profundos análisis. No cabe duda alguna que aquello es un urgente compromiso de honor de todos y cada uno de los ecuatorianos.

Pero… ¿Qué enseñanza nos debe quedar de todo esto…? ¿Qué le decimos ahora a nuestros pequeños y a nuestros jóvenes…? ¿Cómo lavamos tan profunda afrenta…? ¿Cómo reivindicamos nuestra imagen internacional…? O acaso les comentamos que en medio de toda esta trama se encuentra luchando sin descanso una valiente mujer, que sin embargo de aquello, está siendo criticada morbosamente y peligrosamente por parte de quienes han sido afectados en sus delincuenciales actos…?

¿Qué le argumentamos a nuestra prole…? O acaso le decimos que debemos valientemente y decididamente tomar al toro por los cuernos y enderezar el país, pero que sin embargo de aquello; esa valiente y heroica mujer; como cualquier ser humano, corriendo grave peligro junto a su familia, le está pidiendo a Dios que la proteja…?