Son las cinco y media de la mañana, comienzo a sentir por mi costilla izquierda algo frio y con un olor peculiar. Si eres mamá, seguro que ya sabes que es, más aún si tu pequeño duerme contigo. Abro el ojo derecho con mucha pereza, siento mojadito por la espalda. Ah carajo, el niño se orinó. Respiro hondo, obvio que es una sensación desagradable, pataleo por dentro porque debería estar durmiendo, pero la sensibilidad de madre es tanta que cuando de orina se trata una sabe.
Con los padres es diferente, ellos tienen sensibilidad o habilidad para otras cosas. Entonces toca lavar al niño, cambiarlo, sacar las sábanas mientras internamente quiero ahorcar al renacuajo. Obvio no lo hago, mucho menos lo reto, porque es totalmente normal que a un niño de tres años le suceda de vez en cuando esto, ya que su vejiga no tiene la madurez para resistir toda la noche. Tampoco le hago bromas al respecto. Él me mira con sus ojitos brillantes un poco avergonzado y me dice “mami, mira solo me mojé el pantalón, no la camiseta”, considerando que es algo bueno… sonrió y le respondo: ¡claro!. Y lo abrazo.
Saco las sábanas, el cubre colchón, las almohadas, mientras intento hacer que mi esposo se entere que está pasando. Según lo que he hablado con mis amigas, ellos pueden dormir sobre el pipí, no se dan cuenta o tardan más. Nosotras no, nos desconcierta. A veces quisiera ser más como ellos. En fin, improviso con nuevas colchas y echo talco en la zona afectada… este es un mega tip.
Voy al baño finalmente a cambiarme mi pijama que no solo está mojada, sino también me doy cuenta que he manchado todo mi calzón con menstruación. Automáticamente esto me recuerda que a todos nos pasan accidentes, siento una inyección de empatía y me río.
Me cambio de ropa y me voy acostar alado de mi hijo. Me da un beso y me impierna (empierna), como dice él. Luego pienso en que no hay nada más delicioso que disfrutar de nuestros pequeños durmiendo con nosotros. Incluso cuando pasan accidentes como estos, porque a todos nos suceden. Va a llegar un día donde ya no va querer dormir con papás y eso va estar bien. A disfrutarlo mientras dure.
Pd: Un cubre colchón es una buena inversión.