Por A.G.P.
Recuperar el país debe ser misión de cada uno de nosotros; desde nuestra valentía, desde nuestra hidalguía, y desde cada una de nuestras posiciones con acciones concretas que nos permitan día a día crear valor, visto desde cualquier ángulo, para el Ecuador.
Me cuesta creer que estemos tan perdidos como el resto del mundo piensa. No nos estamos enfrentando a un fenómeno natural que no sepamos mitigar; realmente es un problema de carácter social. Allá por el 2016, escuche que este pequeño país sufrió unos de los terremotos más destructivos en su historia, con una magnitud de 7,8 en la escala de Richter; más de 6,000 heridos, en donde 673 personas perdieron la vida y cerca de 29,000 dejaron desvanecer sus ilusiones con aquello que la naturaleza decidió llevarse aquel día. Pese a esto, supimos cómo ponernos nuevamente de pie, a pesar de que, en aquella época, estábamos en manos de un puñado de oportunistas, que buscaron únicamente nuevas maneras de hacer negocios mientras una estrategia país encontró la forma de subsistir, para después, poder revivir.
Cuando tenía apenas 10 años mi padre me enseñó que la única manera de solucionar los problemas era encarándolos, sin evasivas, excusas o cobardía; tratando siempre de buscar soluciones a corto plazo que se encuentren a nuestro alcance.
Tal vez la respuesta a nuestros problemas esta justo en frente de nuestras narices, más cerca de lo que realmente pudiéramos imaginar; inclusive más cerca que un par de Decretos que se firmaron días atrás y se aseguraron de devolvernos un poco de esperanza envuelta entre tanto miedo.
Podríamos empezar por preguntarnos en qué momento nos equivocamos y le fallamos a un grupo de niños que optaron por graduarse de sicarios, con tal de hacer correctamente sus deberes y obtener unos cuantos dólares con vestigios de lágrimas y sangre. Los empresarios que decidieron no querer trabajar más allá de sus empresas probablemente conozcan la respuesta. Aquellos líderes gremiales que no tienen más opción que seguir culpando al COVID de no poder salir adelante seguramente estarían familiarizados con lo que está pasando. Unos cuantos hombres que bailan sobre la función pública sin la verdadera vocación de servir, sabrán dónde esconderse para que la inseguridad no los encuentre.
Pero francamente creo que somos más, quienes, a pesar de cualquier adversidad, seguimos buscando ese futuro que la astrología denomina prosperidad. No hace falta ser político o empresario; basta simplemente con ser ecuatoriano, de esos que desde donde están; saben de lo que son capaces de lograr, mejorar y aportar a la sociedad. Respeto a quienes buscaron en otros destinos lo que Ecuador no les ofreció, mi familia forma parte de ese grupo de soñadores.
Pero quienes nos sentimos aún comprometidos con la causa estoy seguro de que seguiremos aquí, a pesar de cualquier conflicto, a pesar de los homicidios y aunque los meteorólogos nos afirmen que “El Niño” ya viene en camino.
Por lo que somos, por lo que queremos volver a ser y por ese valor que se encuentra tan arraigado dentro de nosotros que todavía ningún terrorista ha sido capaz de ver.